viernes, 15 de enero de 2016

HISTORIA DE LA MEDICINA BOLIVIANA (CHUQUISACA)

ÉPOCA COLONIAL - REAL AUDIENCIA DE CHARCAS

Dr. Antonio Dubravcic Luksic
e mail: a
dubra100@gmail.com


LA MEDICINA INDÍGENA
Cuando los españoles llegaron a tierras americanas, pudieron comprobar que los indígenas no desconocían el arte de curar. Guiados por el instinto de conservación, los aborígenes aplicaban las propiedades curativas de las hierbas, las plantas y hasta las vísceras de ciertos animales, para mitigar los dolores. Con procedimientos primitivos —en que buscaban la colaboración de la brujería y el fetichismo— aplicaban remedio a enfermedades desconocidas por los europeos, como las fiebres tropicales, la disentería y el paludismo. En caso de infecciones o mordeduras de animales ponzoñosos, acercaban la herida al fuego" hasta que ya no podían soportar el calor".
En el Imperio Incaico se realizaron  difíciles intervenciones como la trepanación craneana, demostrada en los hallazgos arqueológicos, el arte de curar entre los indígenas fue siempre muy útil a curanderos, exorcistas y hechiceros. La superstición del aborigen le permitió creer en la existencia de espíritus maléficos causantes de las enfermedades.
Desde el punto de vista científico, no puede dudarse que los médicos españoles encontraron en el Nuevo Mundo sencillas y útiles nociones empíricas, surgidas de hombres que vivían en contacto directo con la naturaleza. El hecho es indiscutible —escribió el historiador Furlong— y el encuentro de la medicina europea con la americana no fue un choque sino un abrazo. Ninguna de las dos repudió a la otra, antes se complementaron espléndidamente.
El aporte de la medicina indígena se reflejó en los siguientes progresos científicos:
a) Enriquecimiento de la farmacopea con nuevas drogas, como la jalapa, la quina, la coca, el bálsamo, la poligala, la zarzaparrilla, etcétera.
b) Se imprimieron en España —más tarde en América— textos sobre el empleo de esos medicamentos.
Nueva forma de encarar la terapéutica, hasta esa época sujeta a las doctrinas aristotélicas y galénicas.
d) Fueron enviadas expediciones científicas a las nuevas tierras, la primera de ellas a cargo de un Protomédico General de Indias
 En la época precolombina, los incas y los aymaras, contaban con medios terapéuticos rudimentarios, pero efectivos para su tiempo, que con el correr de los años siguen  siendo utilizados, inclusive en nuestros días está reviviendo la  costumbre de  emplear muchas plantas medicinales con buenos resultados como preconiza la medicina callahuaya.(10)

QUECHUAS  Y AYMARAS

En el Ckollansuyo, habitaron los “Charcas”, que  estuvieron constituidos por los “quillacas”,”sipe-sipes”, “cundu-cundus” “yamparas” y otros grupos,  habitantes de las punas y de los valles templados.
Los charcas  integraron la nación aymara que por sucesivas invasiones de los incas, adoptaron gran parte de sus costumbres y su idioma, de tal manera que el quechua hablado en Chuquisaca tiene un gran porcentaje de términos de aquella lengua, así tenemos el ejemplo de “Pampa Yampara” que es de origen aymara (9)
Para el quechua, el origen de muchas enfermedades constituye un misterio, para diagnosticarlas y curarlas se  recurría simultáneamente a explicaciones y remedios de tipo cósmico ancestral, incluyendo una rica tradición en el manejo de la farmacopea andina. 
El campesino que disminuye los riesgos agrícolas sembrando muchas especies en diferentes lugares y tiempos distintos, actúa con este mismo criterio  ante la enfermedad.
La concepción autóctona no distingue entre enfermedades-curaciones, de tipo mágico y otras de tipo natural; es mucho más unitaria, como un sistema de relaciones entre el cuerpo, sus varias almas, la sociedad y el cosmos lleno de seres tan vivos y reales como nosotros, como partes inseparables que componen un todo armónico. La medicina andina asume una ideología globalizadora de cuerpo y espíritu, persona, sociedad y cosmos; posee curas naturales, cuidados personales y remedios rituales que facilitan la respuesta adecuada del enfermo andino.
 
Yatiri,  el brujo o vidente era el que interpreta en las hojas de coca dispersas, no solo las causas de las enfermedades, sino otras situaciones por las que fue consultado. Realizaba el diagnóstico y la curación de todo tipo de desorden físico-psíquico-cósmico (incluidas las enfermedades),  por haber sido tocado por el rayo o haber recibido poderes superiores ya desde su nacimiento. Era a la vez médico, adivino y sacerdote, dominaba los recursos rituales, aunque conocía también los naturales. Dentro de estos el jampiri o qulliri (el que cura) estuvo  especializado en enfermedades y tuvo un amplio conocimiento de las plantas y otros recursos naturales medicinales. 

Los Amautas, sabios de la nobleza incaica, fueron los supervisores de la ciencia, realizaban interpretaciones astrológicas, pronosticaban el tiempo, fueron formados en una escuela  en el Cuzco denominada Yanahuasi.
Los Kallawayas, alcanzaron su apogeo en las prácticas médicas, es posible que existieron como un grupo especializado mucho antes, la primera referencia que se tiene corresponde al siglo XVIII, en los escritos  de Guaman Poma los menciona  diciendo: “llevaban resinas aromáticas, incienso, quinina, yerbas medicinales, recorrían todo el territorio  del virreinato, restituyendo la salud con la juiciosa aplicación de mezclas de yerbas y virtudes específicas a diversas enfermedades” (6)
 Cada kallawaya conocía entre 300 a 350 especies vegetales diferentes, la división entre plantas calidas y frescas, las primeras se utilizaron para sacar el calor, tratar la fiebre, provocar sudores, curar las insolaciones; las segundas se utilizaron  para tratar las fiebres menores, debilidades, anemias, enfriamientos musculares etc. Su utilización simultáneamente en las prácticas médicas mágicas y rituales  tanto por los quechuas como por los aymaras (5)
A finales  del siglo XVIII circularon en Charcas libros manuscritos que describían las propiedades curativas de las plantas y animales, en 1769 se escribió un manuscrito que recopiló diversos conocimientos de la medicina indígena, escrito por el médico Martín Melgar, dicho manuscrito  fue publicado en 1943 por Don Gunnar  Mendoza, Director del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (6). Las medicinas se vendían en los mercados por los mercachifles, conocidos con el nombre de khapachaquis, en esos puestos de venta se  encontraban las yerbas medicinales: copal. romero, manzanilla, cascarilla y los tres minerales que encierran el alumbre nativo.
La coca (ccoca o kuka)  es utilizada desde la  mas remota antigüedad, ¿Cuándo se la descubrió?, es una interrogante que ha quedado en el misterio. Una leyenda hace coincidir la aparición de la coca con las alteraciones geológicas que se produjeron en  el macizo andino del continente. Khuno, el señor de la tempestad, del rayo y del trueno, se volvió celoso y egoísta por el poder que ostentaban los auquis (consejeros ancianos) y  los jilakatas (jefes o capataces) para disponer la quema de los bosques, ello desato la furia de Khumo que envió a la tierra rayos truenos, relámpagos, tormentas con lluvias y granizo, asolando los sembradíos. Los pobladores sobrevivientes deambularon en busca de alimentos, encontraron el arbusto de la coca, provistos de ese hallazgo pudieron sobre llevar  sus necesidades, a esa planta le pusieron el nombre de kukka, le atribuyeron diferentes cualidades  sagradas, por esa razón su consumo en principio fue solo autorizado en los rituales religiosos y grandes  festividades, era de tanta estimación la hoja, que solo la conocían  los reyes y nobles… a los plebeyos les era prohibido su uso sin licencia del Inca (3). Ramas de coca ceñían la frente de los héroes, adornaban sus altares, los adivinos usaban las hojas de coca para pronosticar la ventura o la desgracia, a decir de Gracilazo de la Vega “echavan la yerba llamada cuca, como diziendo que la ofrescian  a la Pachamama lo mas preciado que llevaban”(2).
 
Los conocimientos empíricos sobre la utilización de yerbas y demás menjurjes, fueron el fruto de una largísima  práctica, con éxitos y desengaños, que a través del tiempo pasaron a integrar el acervo de la sabiduría de los hechiceros y curanderos. (6)
Louis Girault,(8) ciudadano francés, que falleció en La Paz, publico un libro intitulado “Guerisseurs Iterants des Andes”, en esas observaciones Girault, se refiere al uso sistemático de una farmacopea vegetal, constituye una de las colecciones de plantas mas grande del mundo, relacionada  con los principios activos de las plantas, la constatación del uso de mas de 980 especies botánicas, el conocimiento de los efectos farmacológicos, así como la clasificación, los métodos de recolección y el uso del nombre de las plantas tanto en quechua (khesbwa) y aymara, implica una larga traición de empirismo médico que emergió en el devenir de la Colonia en el siglo XVII, como una necesidad para llenar un vacio
El alcohol,- Los habitantes del continente americano, utilizaban una variedad de bebidas alcohólicas, entre ellas la mas conocida la chicha en base a la fermentación de la harina de maiz. El Padre Acosta manifiesta “No les sirve a los indios el maíz solo de pan  sino también de vino, porque de él hacen sus bebidas, con que se embriagan. El vino de maíz en el Pirú  se llama azúa, en el Alto Perú akha”. En las tumbas antiguas (chullpas) no faltan los vasos de arcilla con huellas de chicha y las mazorcas de maiz junto a las hojas de coca para alimentar al difunto en la otra vida (2)
Las trepanaciones realizadas por las culturas Pre Colombinas en los territorios de nuestra América Latina, fueron efectuadas por la cultura Tiwanakota, siglos antes de la cultura Incaica. Esta se desarrolló aproximadamente a partir de 1300 hasta su caída con la captura de Atahuallpa por Pizarro en 1532, y algunos autores atribuyen equivocadamente la autoría de las trepanaciones a los Incas, ya que por estudios realizados en diversas piezas arqueológicas y la cerámica, se ha establecido con absoluta certeza que estas prácticas se remontan a los primeros periodos de la cultura y civilización de Tiwanaku, establecida en los territorios que actualmente ocupan parte de Bolivia y del Perú. Por todos los datos obtenidos estamos convencidos que esta practica se llevo a cabo en vida de los sujetos, por la presencia de signos de regeneración ósea que se perciben examinando los bordes de las craneotomías, pudiéndose apreciar la sustitución de los alvéolos de la capa esponjosa del diploe por el tejido compacto, lo que demuestra en forma contundente un proceso de osificación. Esto nos prueba que las trepanaciones fueron seguidas de una sobrevida más o menos prolongada (1).
En la  antigua practica de deformación de los cráneos, Pachacutec Inca Manco Cápac. ordeno que se amarre la cabeza de los niños recién nacidos para que crezcan con deficiencia mental, ya que los indios con cabeza grande y redonda eran muy emprendedores y muy desobedientes. Les interesaba que las gentes tengan la cabeza larga  y deformada para que sean obedientes (2)
La Cirugía, a decir de Gracilazo de la Vega “los españoles al pisar tierra americana, comprobaron que la medicina en general y la cirugía en particular, eran superiores a las de ellos. El mismo Hernán Cortés prefirió hacerse  curar una herida de la cabeza con un indígena, antes que con sus coterráneos” (5)
La anestesia no era desconocida, un procedimiento práctico fue la alcoholización, muchas operaciones fueron realizadas bajo el efecto del alcohol: perforaciones de las orejas, amputaciones, trepanaciones del cráneo etc. Practicaban las sangrías, el objeto no fue precisamente eliminar la sangre, sino el dolor y otros fenómenos locales. Utilizaban diferentes instrumentos: espinas, huesos, dientes, el mas utilizado fue la lanceta o punta de pedernal. Una de las indicaciones corrientes de las sangrías era las cefaleas. En casos de congestión visible de la cara o del alcoholismo  agudo, la indicación era la sangría urgente.
Las heridas fueron suturadas con cabello humano o fibras vegetales, mediante agujas de madera o hueso
BIBLIOGRAFÍA
1.- Alvarado Ramiro “Trepanaciones y deformaciones craneales en Tiwuanaco” http://www.revistamedica.8m.com/histomed120B.htm
2.- Balcazar Juan Manuel “Historia de la Medicina en Bolivia”, Edición “Juventud” La Paz 1956).
3- Cobo Bernabé, “Historia del Nuevo Mundo”
4.- Antonio Escorza http://www.lagranepoca.com). 
5.- Gracilazo  de la Vega, Inca “Comentarios  Reales de los Incas” Buenos Aires 1943
6- Guaman Poma de Ayala “Nueva crónica y Buen Gobierno” México 1930
7- Rodríguez Rivas Julio. “Médicos y Brujos en el Alto Perú” Edit Los Amigos del Libro Cochabamba 1989)
8- Girault Louis, Kallawaya” París 1984 (reimpresión)
9.-Marquiegui Jose María “Resumen historia del Ckollansuyo, Charcas, hoy Bolivia”. Edit Salesiana Sucre 1938
10.- Sánchez Jaime “Contribución a la Historia a la Medicina Chuquisaqueña” Arch. Bol de Med. 24; 1985

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PROTOMEDICATO
Dr. Antonio Dubravcic Luksic

Fueron pocos los médicos que llegaron con los conquistadores y de conocimientos reducidos  se menciona   a los maestros Alonso y Diego (cuyos apellidos no se han conservado) médico el primero y cirujano el segundo, que acompañaron a Cristóbal Colon en el  descubrimiento del Nuevo Mundo.
En su recorrido por el  continente americano , los conquistadores  dejaron tras de sí muchos soldados muertos, ya sea  por las enfermedades, por los accidentes, por las heridas o  por los envenenamientos  provocados en la lucha contra los indígenas. Para solucionar esos problemas los Reyes Católicos redactaron una reglamentación "Para los servicios sanitarios y en Medicina de Campo".

 Por la fama de las Minas de Porco primero, luego las de Potosí, la ciudad de La Plata, se  convirtió en residencia de las familias de los españoles que se enriquecían con la explotación de los minerales , como quiera que las enfermedades no respetaban a los conquistadores. Las necesidades sanitarias de las colonias de América, fue la preocupación de  los reyes de España, promulgaron las llamadas “Leyes de Indias”, el 11 de enero de 1570. Entre sus cláusulas estaban las referidas a nombramientos de Protomédicos  generales para las colonias. De esa fecha data el establecimiento de los primeros de ellos en los Virreinatos de México y Perú.

Fueron  muchos los que, llamándose médicos, vinieron a este continente mas con el propósito de hacer su América (6).  Muchos de estos profesionales, así como los que se hacían pasar por tales, explotaban la ignorancia de los conquistadores y conquistados.
Como quiera que, el funcionamiento de los establecimientos sanitarios, de las boticas etc.,  el ejercicio  profesional de los médicos, farmacéuticos, flebótomos y parteras, exigía un control permanente, fue necesario crear un organismo superior, dirigido por una calificada competencia médica  que pudiera ocuparse de esa supervigilancia.

El protomedicato tuvo su origen en Roma, para el cuidado de los emperadores, pero donde estuvo mejor organizado fue en España, gracias a Alfonso III de Aragón (1285-1291) (8).Sus funciones se iniciaron en 1537, designándose un representante del protomedicato de España con el titulo de “Substituto del Protomédico”.(8.9) Tuvo como finalidad reglamentar el ejercicio de la medicina. A partir del reinado de Juan II de Castilla (1406-1454), quien extendió la Real Cédula de 1422, se creó el título de “Protomédico”  o “Médico Primero del Reino”, con autorización exclusiva para actuar contra los crímenes y excesos que cometían los médicos, cirujanos, licenciados, farmacéuticos, etc., en el ejercicio de la profesión y con la autoridad suficiente para castigar conforme al derecho. El 30 de marzo de 1477, los Reyes Católicos decretaron la Ley Fundamental del Real Protomedicato.
Las necesidades sanitarias de las colonias de América, fue la preocupación de  los reyes de España, promulgaron las llamadas “Leyes de Indias”, el 11 de enero de 1570. Entre sus cláusulas estaban las referidas a nombramientos de Protomédicos  generales para las colonias. De esa fecha data el establecimiento de los primeros de ellos en los Virreinatos de México y Perú.

Los Protomedicatos se hallaban constituidos por un Protomédico y tres examinadores, los cuales todos juntos, y de ninguna manara uno sin otro, debían entender, conocer proveer y despachar “todo lo que atingiese a  examinar a médicos, cirujanos, boticarios, barberos, flebotomianos, dentistas, algebristas, hernistas y parteras; expedir licencias después de aprobado el examen profesional; imponer castigos por ejercer la medicina sin autorización; aprobar textos para la enseñanza de la medicina y la cirugía; imprimir cartillas a sangradores y parteras; establecer cuarentenas en poblaciones afectadas por epidemias; vigilar el buen estado de conservación de alimentos y bebidas puestas al consumo público, y finalmente, velar por la salubridad y limpieza de las calles”.(3)
Como quiera que un solo Protomédico resultara insuficiente para atender el extenso territorio de esta parte de América,  se creo por Reales Células de 1778 y 1781 el Protomedicato de Buenos Aires(7). A pesar de ello, las recargadas funciones de ambos Protomedicatos (Lima y Buenos Aires) no permitieron cumplir a cabalidad sus cometidos, acordaron transferir  sus facultades a los cabildos, Ayuntamientos y Reales Audiencias. Durante los primeros tiempos de la Colonia, la ciudad de La Plata adquirió preeminencia por la benignidad de su clima y su proximidad atraía a los acaudalados mineros de Potosí. Era asiento de la Real Audiencia de Charcas y del Obispado, contaba también con un hospital el de “Santa Bárbara”
 En fecha 4 de octubre de 1782 la Audiencia de Charcas presentó  un alegato solicitando que el protomedicato se  instale en Charcas, sede de la Universidad, cuyas partes mas importantes del mismo indican:”… En esta ciudad, que entre las del distrito es una de  las mas civilizadas, apenas tiene un médico de profesión, asalariado, pero fuera de él parece existen otros ocultos… Siendo como es muy profusa la población y existencia de médicos útiles, conceptúa este Tral. que el método  mas facil y adecuado para conseguirlos es fixar y establecer el protomedicato en esta ciudad…” (3). La Real Audiencia de Charcas, tenia facultad para representar o restringir las funciones de los que se dedicaban al arte de curar, salvaguardando al pueblo de impostores y charlatanes (8).
Según Abecia (2) pocos son los nombres de los que ejercieron la medicina en la ciudad de La Plata, "Por el año de 1625 funcionaban como médicos: Andrés Suárez, maestro de Sevilla y Diego Cisneros, ambos de mucho prestigio porque fueron incorporados en la Universidad de San Francisco Xavier..." A fines del siglo XVIII figuran como médicos titulares de la ciudad de La Plata, Don Mariano Joaquín Caballero, Don José Gregorio de Salas y Diego Saenz de Juano, merece mencionar el nombre del ilustre sabio Don José Bernando de Jussieu, quien estuvo en Chuquisaca el año 1753, fue obligado a dirigir la reparación del puente sobre el río Pilcomayo. en vista de que no existía en la Audiencia de Charcas ningún ingeniero. Jossieu siendo médico llegó como botánico en la expedición de Luis Gaudin, Bouguer y La Condomine, enviada por la Academia de Ciencias de París, para medir un arco del meridiano terrestre del Ecuador en 1734 (9)
Establecida la República, el Presidente Mariscal Andrés de Santa Cruz en 1833 emitió la Ley del 31 de octubre, reglamentando el funcionamiento del Tribunal del Protomedicato, el Dr. Passaman y Camino José Francisco Esteban (1788- 1850 ), natural del País Vasco - España(4), considerado como uno de los mas eminentes médicos en los primeros años de la república de Bolivia, fue nombrado Protomédico General  la mencionada ley estableció el funcionamiento en La Pazde un “tribunal provisional del Protomedicato” compuesto por protomédico  el Dr. José Cordón y Labra y dos examinadores los doctores Juan Nicoll y Pedro Marin Burnier de Fontaniel.(7) . Esos tres profesionales elaboraron un reglamento, que en sus párrafos iniciales sintetizaban el objeto de la creación de este Tribunal. Todos los profesionales (médicos, cirujanos, farmacéuticos) exhibirán ante el protomedicato los títulos que los habiliten para la actividad profesional, ninguno que viniera al país podrá ejercer su profesión sin comprobar su idoneidad. Procurando   la conservación de la salud de sus individuos, velar por la higiene pública, describiendo las epidemias predominantes en el país e indicando las precauciones que se deben tomar para evitar el contagio. 
El 3 de octubre de 1842, el Dr. Tezanos Pinto Tomás (Nacido en Chuquisaca 1812-1869) fue el primer médico que obtuvo  su título de  Profesor de Medicina y Cirugía, otorgado por el Protomedicato cuyo documento es el siguiente: “República de Bolivia – Nos el Presidente y Jueces examinadores Doctor Don José Claudio Quiroga Protomédico General, Don José Lazaro  Carillo etcétera ‘ Por cuanto el Bachiller, Ciudadano Tomás de Tezanos Pinto, natural de Sucre, se ha presentado ante nuestro Tribunal, solicitando el Diploma de Profesor de Medicina en cuyas facultades se le ha examinado y obtuvo la correspondiente aprobación, según consta del respectivo libro y expediente formado al intento; por tanto mandamos librar a favor de aquel el actual Título y Licencia necesaria con plena facultad para que libremente, sin pena ni calumnia pueda usar y ejercer la Facultad de Medicina. Declaramos que el referido Bachiller Ciudadano Tomás De Tezanos Pinto ha prestado ante el Tribunal juramento de usar fiel y legalmente la facultad y asistir gratuitamente a los pobres de solemnidad…”En la ciudad de La Paz de Ayacucho a los tres días del mes de octubre de mil ochocientos cuarenta y dos (1)
El 22 de julio de 1843, el Protomedicato cambio de sede, estableciéndose en Sucre, fueron designados el Dr. Matías Agios  como Protomédico y los Drs. Manuel Ascencio Cuellar y N. Corominola como vocales. Posteriormente fueron designados Presidente del Protomedicato el Dr. Manuel María Núñez(5) y vocales los doctores Manuel Mariano Montalvo y N. Matienzo, ellos fueron los últimos miembros del Tribunal. En 1892 el Gobierno a través de un D.S. creo los Tribunales Médicos en reemplazo del Protomedicato. (5.6)
BIBLIOGRAFIA
 
 1.- Abecia V. “Algunos datos sobre  la medicina y su ejercicio en Bolivia” Rev.Inst Med Sucre  Año I; 6; agosto 1905
1.- Abecia.V. "Contribución a la historia de la medicina" Rev. Inst.Med.2;32:1905
2.- Balcazar L.M. “Historia de la medicina en  Bolivia” Ediciones “juventud” la Paz 1959 pag 207.
3. - Calvo Vera. A “Protomedicato” Diccionario histórico de Bolivia T.2; 617, Editorial Tupac Katari, Sucre Bolivia 2001
 4.-Costa-Cassaretto, related articles (Jose Passamán) Rev. Med Chil 1984, may 112 sd1.med.uchile.cl5- Dubravcic L.A.  “Nuñez Manuel María” Rev.Ints. Med Sucre LXX, 125; 2005
6- Flores D. “Historia de la Sanidad Pública en Bolivia durante los primeros años de la República” T.III, 5 1974 La Paz Bolivia
7.- Rodríguez R. J.  Médicos y Brujos en el Alto Perú Edit. Los amigos del Libro Cochabamba 1989 Pág. 115
8.- Saint Loup B.E, "Historia de la medicina" la medicina en Bolivia Organización Panamericana de la Salud, La Paz Bolivia 1991
9.- Sánchez P.J. "Contribución a la historia de la medicina boliviana -Época de la Colonia-" Arch.Bol de Med. 28:60:1986 Sucre  Bolivia

HOSPITAL SANTA BÁRBARA
                          
Dr. Antonio Dubravcic
Sucre -  Bolivia

El Hospital “Santa Bárbara” cumplió el 1 de enero de 2016, 460 años de su fundación. Su historia es tan rica que es considerado patrimonio de la salud pública americana, ya que de todos los nosocomios construidos en ese siglo sólo queda el de Sucre. Rendimos nuestro homenaje al conmemorar el cuadrigentésimo quincuagésimo sexto aniversario
Calvo Ayaviri afirma que antes de la creación del “Hospital Real de Santa Bárbara” en la Villa de La Plata, ya existían los hospitales de San Diego y Santa Ana. En Cuzco en 1555 se fundó un hospital para indios. En la segunda mitad del siglo XVI en lo que corresponde a la jurisdicción de Charcas, se fundó el hospital de Paria; en la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, se fundó el hospital San Juan Evangelista; y en la Villa Imperial de Potosí, el hospital de Belén (1).
Desde hace más de cuatro siglos, el hospital "Santa Bárbara" viene cumpliendo en beneficio de la colectividad, un servicio de salud ininterrumpido, por ello, es considerado como el decano de los servicios médicos en todo el país y sin duda uno de los más antiguos y persistentes en América Latina.

Con el propósito de preservar la salud y proteger el capital humano, en las villas y ciudades recién fundadas, el Rey Carlos V, dictó una Orden Real que instruía: “Encargamos a nuestros virreyes, audiencias y gobernadores, que con especial cuidado, provean que todos los españoles, indios de sus provincias y jurisdicciones, se funden hospitales donde sean cuidados los pobres enfermos, y se ejercite la caridad humana…” Realizada la fundación de la Villa de La Plata, las autoridades procedieron a la distribución de solares pero no se destinó ningún de ellos o sitio alguno para la edificación de un hospital.
Con anterioridad a esa resolución, los enfermos de la villa eran asistidos por los curanderos naturales (jampiris), o simplemente socorridos por los religiosos de los conventos existentes, donde se les proporcionaba algunos medicamentos (5).
Recordemos en forma sintética algunos pasajes del hecho histórico que significó su creación, analizando la cronología de lo registrado en diferentes obras, los documentos referidos a la fundación del hospital establecen lo siguiente: Vázquez Espinosa en 1624 decía que “La fundación del hospital se realizó el año de 1556” (2)
El filántropo Bartolomé Hernández. En 1554, se estableció en la Villa de La Plata don Bartolomé Hernández, próspero mercader y afortunado minero. En su domicilio organizó un albergue donde proporcionó a los enfermos hospedaje, curación y alimentación. Así este filántropo industrial fue le precursor del hospital
Antes de su fallecimiento dejó en su testamento 2.000.- pesos corrientes, para que puestos a Censo los réditos obtenidos por esa suma de dinero, se continuara con ese piadoso servicio.
Dos décadas después de la fundación de la Villa de Plata, en los extramuros de la ciudad donde no existían viviendas, en 1557 se comenzó a construir la ermita de Santa Bárbara. La construcción se concluyó el 7 de marzo de 1559. Según las investigaciones, el contrato de obra fue suscrito el 5-VII-1555 ante el escribano Francisco Reinoso entre Juan Ramos, herrero, y Pedro Moreno, carpintero, por el precio de 800 pesos de plata.
El 1 de enero de 1559 se juntaron a Cabildo el Corregidor y Justicia Mayor, Alcalde Ordinario, Regidor, Procurador, Mayordomo y otras personalidades de la ciudad para fundar el hospital bajo la advocación de Santa Bárbara, debido a que reconocieron “que en esta dicha ciudad no había hospital donde se acogiesen los pobres así españoles como naturales y de ello había mucha necesidad porque hay muchos enfermos especialmente indios y por no haber donde curarse los muchos de ellos han muerto y mueren”(1).

El personal del hospital se componía de un médico, cirujano, barbero, boticario, enfermero, capellán, unos indios yanakonas para su servicio y un administrador que era nombrado por los cabildos Civil y Eclesiástico.
Don Francisco Marmolejo, que fungía como Regidor, presentó una solicitud en nombre del Cabildo al Virrey del Perú, manifestándoles que el nuevo hospital era de Patronazgo Real, asistiéndole en consecuencia el derecho de percibir el noveno y medio de los diezmos, como rentas para los principales gastos ordinarios y extraordinarios que devengaría su administración.
Gunnar Mendoza, a través de un documento encontrado en el Testimonio de Acta de posesión de los Juandedianos, constató que la fundación del hospital había sido en el año 1558 (3).
Valentín Abecia indica que el “Real Hospital de Santa Bárbara”, se estableció en razón de la importancia que adquirió la Villa de La Plata por ser residencia de los hijos de los conquistadores, de ricos mineros y de gente más notable que venía de la Península. (2.4)
Abecia no indica la fecha de la fundación, pero asegura que ya funcionaba antes del 27 de febrero de 1567, al transcribir la real Cédula de esa fecha dirigida al Presidente y Oidores de la Audiencia de Charcas que decía: “Que envíe información al Consejo de Indias, con su parecer, acerca del pedido de Miguel Serra, como Administrador de dicho hospital, de que se le haga alguna merced y se le ayude en su sustentación, e informe también acerca del mismo hospital, sobre su fundación, quienes son sus patrones...”(2.7)

El vecindario de La Plata en todas sus clases, exigió a las autoridades que de una vez por todas, que los enfermos fueran atendidos en forma eficaz y cristiana en un hospital, para cuya construcción se contaba con algún dinero fruto de las limosnas y donaciones.

Fue el Cabildo Secular el que por la presión de una población cada vez más numerosa y al estar convencido que solo la puesta en funcionamiento de un hospital aliviaría la salud de los enfermos pobres, se acordó la ejecución de la obra en una memorable reunión que estuvo integrada por los miembros del Cabildo, el Alcalde Ordinario Martín Almendras y el Corregidor y Justicia Mayor señor Altamirano. En esa reunión se nombró a los Canónigos Miguel Serra y Juan Ramos como Mayordomo y encargado de la construcción del nuevo hospital que se edificó anexo a la Iglesia de Santa Bárbara, originalmente una Ermita.

Al cabo de cuatro años finalizó la obra, el año 1563. Como una curiosidad arquitectónica, apuntaremos que Diego Sayago, maestro de albañilería, fue quien ejecutó la obra de la “insigne portada” del hospital, "a manera y suerte" del dibujo que tenía en su poder el fraile franciscano Hermano Juan de La Fuente, uno de sus primeros administradores.

A la conclusión de las obras referidas, fue designado como primer Mayordomo y Administrador el Bachiller Hernán Gutiérrez de Palacios. El nuevo nosocomio contó con tres salas que en aquel tiempo se denominaban enfermerías. La primera tuvo catorce camas donde se curaban los españoles; en la segunda, con diez y nueve camas, se atendía a los indios y en la tercera con diez y seis camas, se curaba a los mestizos mulatos y negros.
Según el cronista colonial Vásquez de Espinosa en 1610 el hospital tenía una capacidad de 55 camas, para una población en la Villa de la Plata de 3.072 habitantes, distribuidos de la siguiente manera: 1.100 hombres y 1500 mujeres, 300 sirvientes, 140 mulatos y zambos y 32 esclavos negros (10).
El personal fundacional estuvo constituido por un médico, cirujano, capellán, barbero y un enfermero, además de unos indios yanaconas que servían a los enfermos y acudían a todo lo necesario.

El hospital Santa Bárbara fue atendido por los algunos frailes, el hermano franciscano Juan de la Fuente, natural de Toledo, habiendo ingresado en tres oportunidades al hospital, tuvo que quedarse sirviendo en él por más de 20 años, construyó la enfermería, hizo una botica con todo género de medicinas, adornó las salas con pinturas, reedifico la iglesia de nuevo con un hermoso campanario, a esta época se refiere la construcción de la portada que actualmente presenta el edificio. Juan de Vivaz, fue un hermano lego de la orden de San Francisco, que sirvió durante muchos años en el hospital (5).
La organización del Hospital por aquellos tiempos estaba encomendada por lo general a un Mayordomo o administrador encargado de su funcionamiento y de una cofradía o hermandad, todos unidos por espíritu cristiano y sentido de redención de los pecados, con funciones específicas, cada uno cumplía una misión; todos debían ayudar al desenvolvimiento del Hospital, a su buen funcionamiento y sobre todo a la buena y caritativa asistencia de los enfermos para lograr su recuperación y su retorno al hogar y a sus labores; así como enterrar a los muertos, celebrar los actos de culto, recolectar las limosnas, donaciones y aportaciones; hacer los turnos diarios para vigilar la comida, el buen orden, la paz y la tranquilidad de los enfermos; concurrir a las visitas diarias del médico y demás acompañantes; controlar la producción de la botica, la salida de los medicamentos y también la venta al público, para generar más recursos (16).

El Dr. José Colmenares médico del hospital, reemplazado por el Dr. Francisco Xavier Mosquera, natural de Málaga, fue nombrado médico titular del Hospital Santa Bárbara por los maestros del Real Colegio de Cirugía de Cádiz, en la misma época Don Jaime Pérez, se recibió el título de cirujano en Buenos Aires y fue nombrado médico del hospital Santa Bárbara.
El Dr. Francisco Barrón Guillen, sirvió por más de diez años en el Hospital Santa Bárbara, fue sustituido en noviembre de 1797 por el Dr. Ildefonso Espinoza de los Monteros, que funcionó hasta 1811. José Moreno, fue el boticario del establecimiento desde 1798 a 1806, habiendo sido reemplazado por Don Pedro Inza (5).

Valentín Abecia relata que el Arzobispo San Alberto fundó una celda en el Real Hospital de Santa Bárbara para los clérigos pobres que enfermasen. Dicha fundación fue impuesta con el capital de $ 3.000 proveniente de las fincas de San Nicolás de Tororo y Airampo en Tomina, de una casa ubicada en la Plaza Mayor y otra en la esquina de San Francisco (4.5)
Lofstrom William (9), refiere que: “en el año de 1664 la administración del hospital pasó a manos de la orden religiosa de San Juan de Dios”, por ello el hospital también fue conocido con el nombre de hospital San Juan de Dios
Hacia el siglo XVIII el hospital fue considerado como una institución importante en la vida de la corte de la Audiencia de Charcas. Recibió ayuda económica del gobierno real en el noveno y medio de diezmo. En los cinco años anteriores a 1804 esta ayuda alcanzó la suma de 66,417 pesos y 3 reales. A pesar de ese apoyo generoso, tanto las autoridades reales, los médicos y cirujanos y además el vecindario “alto y bajo” estaban de acuerdo que el hospital necesitaba una reforma completa. (9)
A fines del mes de julio o principios de agosto del año de 1804 una epidemia azotó a la población de la Villa de La Plata. No se sabe a ciencia cierta la naturaleza de la enfermedad, pero no parece haber sido de proporciones desastrosas. Según afirma Lofstrom (9), esa epidemia pudo haber sido una erisipela. Muchos de los enfermos preferían recibir el tratamiento en sus propias casas, a ingresar al hospital, que en esa oportunidad gozaba de una bien merecida reputación de ser la antesala al cementerio.
El hecho de que mientras los enfermos hospitalizados fallecían con una frecuencia alarmante, los que recibían en sus casas el mismo tratamiento para la misma enfermedad, se sanaban prontamente, ello determinó que el médico del hospital realizará una visita no anunciada al hospital, descubrió que el farmacéutico, que también cayó con la misma enfermedad, no estaba proporcionando las drogas indicadas por el médico. Esta falta fue muy seria y se convirtió en un escándalo.
A mediados del mes de agosto del año 1804, en un informe elevado al cabildo municipal, se mencionó que “la renta del hospital se invertía por el prior del mismo, sin control alguno, que las condiciones sanitarias eran atroces, la comida mala, la sopa aguada y la farmacia mal surtida” (9).
El cabildo elevó el informe del síndico al presidente de la Real Audiencia el 30 de agosto del mismo año, después de una larga demora, se ordenó una investigación a gran escala en el hospital. Don Antonio de Villa Urrutia, oidor Decano de la Real Audiencia, fue nombrado encargado de la investigación, junto con algunas autoridades civiles y eclesiásticas. Villa Urrutía en su carta dirigida al Presidente de la Real Audiencia manifestaba que “sólo alguien que ha conocido a fondo el hospital, y había visto a los enfermos embutidos en una de aquellas covachas sepulcrales, padeciendo de pulmonía, o de otra grave enfermedad, podría comprender la escandalosa condición del hospital” (11)
La guerra de la independencia, durante los 15 años, que siguió a la revolución de mayo de 1809, provocó anarquía por la inseguridad político-social en las colonias españolas, lo que repercutió en la dotación de dineros para las instituciones, motivo por el cual el interesante proyecto del Oidor Villa Urrutía (1805) para reconstruir el hospital Santa Bárbara no pudo realizarse, recién en 1819, el Mariscal de Campo Dr. Rafael Maroto en su calidad de Presidente de La Real Audiencia, pudo mandar a reparar todo el hospital (5).
A esto se añadió la crisis aguda que se presentó en la Colonia a raíz de la Cédula Real de 25 de octubre de 1820 al ordenar la reorganización de los conventos religiosos en América. El Virrey la Serna ordeno en 1823 al Comandante de La Plata suprimir el convento de los hermanos hospitalarios de San Juan de Dios, los miembros de esta comunidad que administraban y trabajaban en el hospital tuvieron que irse al Cuzco, por ese motivo la Administración del hospital paso a depender de la Autoridad Eclesiástica (2).
Al fundarse la república de Bolivia, el Presidente Don Antonio José de Sucre, dictó el Primer Reglamento General de hospitales, interesante documento para su época, donde dan una idea sobre las costumbres y las nociones existentes para el tratamiento de los enfermos. Comienza por declarar que “el arreglo de los hospitales y curación de los enfermos es uno de los objetivos más sagrados de una nación” (6).

El Mariscal de Ayacucho, decidió reformar el Hospital Santa Bárbara, para el efecto organizó una Comisión encargada de realizar la inspección y evaluación correspondiente, la indicada comisión encabezada por el Dr. Miguel Antonio Luna, cirujano del ejercito del Libertador y Don Simón Rodríguez, famoso maestro de Simón Bolívar, informó que la capacidad de hospital era aproximadamente de sesenta pacientes, por lo que recomendaron la duplicación tanto en camas como en vestuario. En fecha 15 de diciembre de 1825 el Mariscal de Ayacucho en su calidad de Presidente de Bolivia emitió el “Reglamento General para el Hospital Santa Bárbara”, en él se estableció la reparación y reestructuración del edificio, dotación de calefacción, iluminación y elementos de limpieza, aumento del número de camas, una mejor atención médica y farmacéutica, buena labor de practicantes, enfermeras y personal subalterno (2).
El Dr. Miguel Antonio Luna desempeñó las funciones de Director del Hospital, tuvo el mérito de hacer una importante reconstrucción del edificio del hospital, mandó a construir la Sala Tercera (2,13).
Con motivo del Motín del 18 de abril de 1828, donde cayó herido el Mariscal Sucre, llegó a la ciudad el médico Torrally, para continuar con las curaciones.
El Dr. Charles Auguste Torrally, natural de Francia, fue Cirujano del Ejército del Libertador Simón Bolívar. Durante muchos años, se desempeñó como cirujano del hospital "Santa Bárbara", luego fue designado Director, en el ejercicio de esas funciones aplicó una serie de reformas, sobre la forma de curar las heridas, se dedicó íntegramente a la reconstrucción del hospital transformando las covachas sucias y malolientes en amplias salas con buena ventilación.

A principios de 1833, el Hospital Santa Bárbara presentó una ruina inminente, razón por la cual se dispuso cerrarlo por el lapso de un año para proceder a la reparación, habiendo los vecinos creado una suscripción voluntaria con el objeto de trasladar a otro sitio a los enfermos. Torrally en su calidad de Director del hospital no permitió que los pacientes saliesen del establecimiento, acometió la obra de la reconstrucción del edificio

El Ministro del Interior Don Mariano Enrique Calvo (1834), con motivo de una visita a ese hospital manifestó: "que las reformas que se han realizado en el hospital Santa Bárbara en su mayor parte se deben a la actividad infatigable y ardiente celo que el Dr. Torralli ha consagrado a esta obra benéfica. En poco más de un año, sin gravar al erario nacional con un centavo de gasto extraordinario, se ve transformada esta casa como por encanto, sus covachas angostas y sucias se han refaccionado con aseo y comodidad, se han aumentado el número de sus camas, y los míseros dolientes que antes no veían en él más que la antesala del sepulcro, respiran un aire libre, no temerán el contagio, si ser sepultados en vida bajo las ruinas de los edificios. Tales son las mejoras que se han hecho, y todo debido en la mayor parte a la actividad infatigable y su ardiente celo con que su Director el Dr. Carlos Augusto Torrally se ha consagrado exclusivamente a esta obra tan benéfica como interesante” (7.8.12)

Este es uno de los motivos principales por que en el acto de fundación del Instituto Médico Sucre el año 1895, los directivos decidieron colocar el retrato de Torrally en el Salón de Actos Públicos, para señalar a las generaciones venideras al hombre de ciencia y al filántropo distinguido (12).

Diferentes instituciones religiosas tuvieron a su cargo la administración del hospital Santa Bárbara: los Religiosos Juandedianos (1664-1825), el Cuerpo Médico de la Sociedad Humanitaria San Vicente de Paúl (1863-1883).

Don Aniceto Arce, enterado de las deficiencias y mala atención a los pacientes en los diferentes hospitales del país, con sus propios recursos y después de prolongadas gestiones ante instituciones religiosas en Europa, consiguió el viaje de algunas “Hijas de Santa Ana” para los hospitales de Sucre, Potosí, Cochabamba, Santa Cruz, Oruro y Tarija, la presencia de ellas se efectuó a partir de 1882.

Con excepción del hospital “Santa Bárbara” donde por un desacuerdo con la “Sociedad Humanitaria San Vicente de Paúl”, las Hijas de Santa Ana tuvieron que retirase, cuyo vacío se sintió en la población. Don Pedro Lazúrtegui y Doña Isabel Urriolagoitia, escribieron a la Superiora de las “Siervas de María, Ministras de los enfermos” con sede en Madrid, solicitando muy encarecidamente el envió de religiosas para la atención de los enfermos en la ciudad de Sucre, en el Hospital “Santa Bárbara” y del Manicomio “Pacheco”, la Madre Generala respondió enviando a siete Siervas de María. Después atravesar el Atlántico, arribaron a tierras americanas, luego de un largo y penoso viaje llegaron a Challapata, donde las esperaba una recua de mulas con sus arrieros, enviados por los esposos Lazúrtegui-Urriolagoitia. Luego de siete días de la incomodidad del viaje, hospedaje en muchas ocasiones en postas, el cansancio por la poca costumbre de cabalgar, de atravesar el altiplano por estrechos desfiladeros, cruzaron el majestuoso Pilcomayo, por fin llegaron a la Capital de la República.
Como un homenaje a las Siervas de María, presentamos la nomina de estas heroicas y benditas Madres de los enfermos: Rvda. Madre Superiora Rafaela Presno, Sor Laura Fernández, Sor Patrocinio Arangueren, Sor Rosalía Senosiain, Sor Camino Goñi, Sor Gloria Machin, Sor Providencia Betty y Sor Isabel Roselló (15).

El 21 de enero de 1899, tomaron posesión del Hospital y también del Manicomio “Pacheco”. Al cumplir 50 años de benéfica labor en Bolivia, en 1949, el Supremo Gobierno de la Nación, en reconocimiento a sus méritos les concedió la máxima condecoración boliviana, “La Medalla del Cóndor de los Andes”. Las Siervas de María, una institución religiosa muy apreciada y reconocida por la población, por su dedicación en la atención de los enfermos.

Condecoración con el “Cóndor de los Andes” al hospital universitario “Santa Bárbara”
El día 23 de julio de 1993, se realizó un trascendental acto de homenaje, donde el Gobierno Nacional presidio por el Lic. Jaime Paz Zamora, presidente Constitucional de la República de Bolivia, distinguió al Hospital “Santa Bárbara”, con la máxima condecoración: “El Cóndor de los Andes”, al haber cumplido más de 4 siglos de existencia.
Con la asistencia del Señor Ministro de Previsión Social y Salud Pública Dr. Carlos Dabdoub A. y del Dr. Jack Antelo S., Director General de Salud y la presencia de autoridades departamentales, políticas, militares, religiosas, además de los médicos, el personal paramédico, administrativo, Siervas de María del Hospital y público en general, en un acto que revistió contornos solemnes, se hizo rememoración histórica de los antecedentes del Hospital “Santa Bárbara”, que viene prestando a través de los siglos asistencia médica a todos los pacientes en su diversas capas sociales de nuestra ciudad y Bolivia (14).
Han transcurrido 454 años desde su fundación hasta nuestros días, innumerables generaciones de médicos y estudiantes han trajinado por sus salas y patios coloniales, cual si fuera un libro abierto, han aprendido a curar las enfermedades, se han formado médicos, bajo la tutoría de la Facultad de Medicina dependiente de Tricentenaria Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca
 

BIOGRAFIA DE MEDICOS DISTINGUIDOS ll

GUTIÉRREZ DEMETRIO (*
                                                   ( Sucre,  Bolivia 1841- 1915)                                             
Por más de veinte años, desempeñó las funciones de médico del Hospital “Santa Bárbara”, demostró abnegación  y sacrificio en la atención de los pacientes.

Nació en la ciudad de Sucre  en el mes de marzo de 1841. Realizó sus estudios universitarios  en la Facultad  de  Medicina de Sucre, culminó sus estudios a la edad de 22 años, obtuvo   el  título de  Médico en fecha 28 de mayo de 1863 .
Fue contratado como médico en el hospital “Santa Bárbara” cargo que desempeñó por más de veinte años, demostrando capacidad, y abnegación en la atención de los pacientes.
El Dr. Gutiérrez,  por su  dedicación al estudio, fue nombrado profesor de la Facultad de Medicina, dictando la cátedra de Clínica de Patología General.
 En 1880, el Supremo Gobierno le designó Vocal del Tribunal Médico.
Incursionó en la política, durante el gobierno del Dr. Ismael Montes fue elegido Diputado Nacional por la Provincia Cinti del Departamento de Chuquisaca
.
En 1901, ingresó como Socio Activo al Instituto Médico “Sucre”. Fue designado Encargado de la Biblioteca.
El Dr. Gutiérrez ha publicado varios artículos científicos en  la Revista del Instituto Médico, entre los más importantes figuran: “El sarampión”, “Breves observaciones sobre la fiebre tifoidea” “Sobre el contagio y profilaxis de la tuberculosis.
El Dr. Demetrio  Gutiérrez, falleció en fecha 3 de septiembre de 1915, a la edad de 74 años-
BIBLIOGRAFÍA
Rev. Inst. Med. Sucre N° 13-15; 1906; 19-23
Rev. Inst. Med. Sucre N° 26; 1911; 305-313
Rev. Inst.Med. Sucre N° 34; 1916

Revista de Medicina  Cirugía y Farmacia Año IV, 20; agosto 1915
 (*) Dubravcic Luksic Antonio 
                                                    *****************
 PADILLA JUSTO   

(Sucre, Bolivia 1879; 1926)
La  actividad profesional  del Dr. Padilla se desarrolló como médico interno del Hospital Santa Bárbara, brindo importante atención médica en la Provincia Azero del Departamento de Chuqisaca
El Dr. Justo Padilla nació en Sucre en 1879.
Se traslado a Buenos Aires, donde  realizó estudios de Medicina, en fecha 13 de octubre de 1903 recibió su título de Doctor en Medicina y Cirugía.
Retornó a Sucre, donde inició sus actividades  profesionales como médico interno del Hospital “Santa Bárbara”. Simultáneamente se incorporó a la Docencia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chuquisaca
En 1904 el Dr. Padilla ingreso como socio de número al Instituto Médico “Sucre”, fue presentado por el Dr. José Manuel Ramírez.
El Dr. Padilla realizó importante atención médica en la Provincia Azero del departamento de Chuquisaca
El Dr. Justo Padilla, falleció relativamente joven, a la edad de 47 años, en el mes de junio de
1926
BIBLIOGRAFIA
Abecia V. “Algunos aspectos sobre la medicina y su ejercicio en Bolivia” Rev. Inst. Med Sucre 8: 1905, 189
Actas y Registros del Instituto Médico
 Dubravcic Luksic Antonio

***************
Quintana  Casso Víctor Félix (*)
(Sucre, Bolivia 1878 -1911)
  
Distinguido médico, perteneció a la promoción de  “médicos destacados”, integrada por los doctores:   Jaime Mendoza, José María Araujo, Donato Guzmán y Walter Villafani, que dieron glorias a la medicina chuquisaqueña.
El Doctor Víctor Félix Quintana Casso, nació en Sucre , en el año de 1878, en el hogar conformado por el  Dr.  José Manuel Quintana Bellido,   médico de profesión (recibió su título el 24 octubre  de  1870)  y Doña Emeteria Casso Deheza,
Influenciado por el ejemplo de su padre, ingreso a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chuquisaca, luego de cursar sus estudios universitarios obtuvo el grado y título de Médico Cirujano, el 7 de junio de 1901. Siendo el primero en obtener su grado en una promoción de seis jóvenes profesionales; Jaime Mendoza, José María Araujo, domingo Guzmán y Walter Villafani 
Fue designado docente de la Facultad de Medicina de Sucre, en mérito a su prestigio profesional, el Dr. Quintana  en 1906,  fue nombrado por el Rector de la Universidad,  miembro del Tribunal Médico, que  junto a los Drs. Sixto Rengel, Marcelino T. Martínez y Demetrio Gutiérrez , tenían  a su cargo,  la recepción de exámenes en la Facultad de Medicina,  el control y vigilancia del ejercicio ilegal de la profesión, conceder las licencias generales para ejercer  la profesión de cirujano dentista y finalmente vigilar   que las Droguerías y Boticas, dispongan de un surtido completo de drogas y preparaciones farmacéuticas, para atender las necesidades  del servicio público
En el año de 1907 fue  admitido  como Socio del Instituto Médico Sucre.
Fue elegido miembro del Directorio del Instituto Médico Sucre, encargado de manejar la tesorería. Cumplió esas funciones    desde el 17 de marzo de 1909  hasta 1911.
 En vida desempeñó diferentes cargos: Preparador de la Sección Vacuna del Ins. Med. Sucre, Profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad,  fue nombrado médico del Hospital Santa Bárbara, Jefe de la Sección Meteorología del Ins. Med. Sucre,
El 13 de Septiembre de 1911 el Dr. Quintana falleció  prematuramente,  de fiebre tifoidea, hecho que  fue publicado  inusualmente en toda una página de la revista del Instituto Médico.  Meses después, falleció  también su esposa, víctima de la misma epidemia que él había combatido hasta el fin
                              
BIBLIOGRAFIA
Quintana V.F, “Algunas consideraciones sobre la higiene del embarazo” Rev. Ins Med Sucre Nº 26. Feb. 1911. Pág.80-93.
Crónica necrológica Rev.Imed Sucre N° 27 julio 1912
(*) Dubravcic Luksic Antonio

ARAUJO JOSE MARIA (*)
(Potosí, Bolivia 1876 – Sucre, Bolivia 1928)

  
Se distinguió  por su dedicación al ejercicio de la medicina, en su calidad de médico del Hospital “Santa Bárbara”; poseía un carácter agradable, risueño, con una  personalidad que irradiaba simpatía; se destacó como buen catedrático de Terapéutica, y  desempeño diferentes cargos en la administración pública.
Nació en la ciudad de Potosí en 1876, culminó sus estudios de secundaria, recibió  el título de bachiller, e ingreso a la Universidad de Chuquisaca, para seguir los estudios de medicina. En fecha 29 de julio de 1901, presentó su Tesis intitulada “Influencia de la albuminuria gravídica en el desarrollo del feto”, la misma que fue aprobada con felicitación del Tribunal, cumplido ese requisito, obtuvo su título de Doctor en Medicina y Cirugía. En 1913 fue nombrado en la Facultad de Medicina profesor de Terapéutica, donde se destacó como buen pedagogo; en el mes de septiembre de 1914, fue  nombrado por el Supremo Gobierno Sub Director de la Escuela Normal de Maestros.
En 1926 fue designado  Decano de la Facultad de Medicina de Sucre, en 1927 asumió las funciones de  Rector de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca,  cargo que desempeño por el lapso de un año.
En 1906 fue presentado como socio de número al Instituto Médico “Sucre”, fue director de la  Revista en 1924, habiendo editado un solo número, ha escrito diferentes artículos originales  en la Revista, destacamos los más importantes: “Informe del médico de la comisión de limites con el Brasil” (Rev. Inst. Med. Sucre 21-22; 1908); “Historia de la Medicina en Bolivia” (Rev. Inst. Med. Sucre 45: 1926, 57). En 1926, fue elegido Presidente del Instituto Médico “Sucre”
El Dr. Araujo falleció a la edad de 52 años el 27 de julio de 1928
 
BIBLIOGRAFIA
Nota Necrológica: Rev. Inst. Med. Sucre 48; 1928;94
Archivos y documentos del Instituto Médico Sucre
(*) Dubravcic Luksic Antonio

sábado, 21 de noviembre de 2015

HISTORIA Y SIMBOLISMO DE LA UNIVERSIDAD DE CHUQUISACA


           
                                   Antonio Dubravcic Luksic
                                 Bernardo Gantier Zelada S.J.


ÍNDICE GENERAL
 



LIMINAR
Antonio Dubravcic Luksic, Bernardo Gantier Zelada S.J…

PRÓLOGO
Dr. Ramiro Samos Oroza
Presidente Sociedad Geográfica y de Historia “Sucre” 

PRESENTACIÓN 
Ing. Walter Arizaga Cervantes
INTRODUCCIÓN.


CAPITULO 1

Los Primeros Jesuitas en La Plata
Fundación del Colegio de Santiago Apóstol (22 de febrero de 1621)
Labores apostólicas y docentes
Fundación del Colegio Real de San Juan Bautista (10 de abril de 1621)
Dos Cátedras de estudios superiores
Se planteó la necesidad de una Universidad en Chuquisaca
Francisco Xavier de Chuquisaca
Fundación de la Universidad de San Francisco Xavier
El régimen de la Universidad
Nómina de rectores de la Universidad. Época jesuítica (1624-1767)

CAPITULO 2

La Impugnación de Lima
Los brillantes inicios
El método jesuítico
Producción intelectual
Consolidación de la Universidad Mayor, Real y Pontificia de
San Francisco Xavier de Chuquisaca
La Universidad San Francisco Xavier formadora de una élite
revolucionaria
El periodo jesuítico de la Universidad de San Francisco Xavier de
Chuquisaca

CAPITULO 3
Símbolos universitarios: El escudo de la Universidad
Bandera Universitaria
Himno Universitario
Patrono de la Universidad San Francisco Xavier
El Edificio
Personajes ilustres en el quehacer universitario de Charcas
Juan de Frías Herrán S.J
Luis de Santillán S.J
Arzobispo Cristóbal de Castilla y Zamora
Juan José de Segovia Liendo
José Antonio de San Alberto
La Jurisprudencia
CAPITULO 4
El Cambio de Dinastía
Los expulsos de La Plata

CAPITULO 5
La Real Academia Carolina
Nómina de rectores de la Universidad,
1769 -1824;  1825-1904;1904-1930
1931 -1971;  1971-1982;1982-2014
CAPITULO 6
La Universidad de Charcas en la jornada de mayo de 1809
Lucha intelectual y guerra fría
CAPITULO 7
De Charcas a toda América
El Movimiento Universitario de 1928
El mensaje del manifiesto
Antecedentes históricos de la Autonomía Universitaria
La Autonomía Universitaria intervenida

CAPITULO 8

La Autonomía. Sus aspectos positivos
Diversificación del conocimiento
Facultades y Carreras de la Universidad
La Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de
Chuquisaca en el Siglo XXI

CAPITULO 9
Nomina de Cancelarios y Rectores de la Universidad  Mayor, Real y Potificia de San Francisco Xavier
de Chuquisaca (1624 - 2013)




LIMINAR
 Antonio Dubravcic Luksic
Bernardo Gantier Zelada S.J.

La historia es el escenario donde la utopía y la ideología entran en conflicto, pues siempre  habrá hombres dotados de la decisión  utópica de transformar la sociedad  y siempre existirán instituciones que significarán un freno a la capacidad de respuesta que demandan los sueños y los retos de los videntes profetas de un mundo mejor". Karl Mannheim (*)
La historia de la República de Bolivia se encuentra profundamente arraigada en la Universidad Mayor Real y Pontificia de  San Francisco Xavier de Chuquisaca; desde aquella memorable fecha  de su fundación, un 27 de marzo de 1624, nació  en sus aulas, a través de las primeras cátedras, la idea de formación de los  jóvenes, que posteriormente, se convertirían en las generaciones  gestoras de la libertad americana. Fueron los doctores de Charcas, con las  ideas de libertad, asimiladas en la universidad charquina, que dieron  el primer paso para convertir a esta tierra en la pionera de la emancipación  latinoamericana.
 La presencia  de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca, desde sus inicios, tuvo un papel preponderante en la conciencia de identidad de los habitantes de  Charcas. La  enseñanza  impartida por los jesuitas en el lapso de ciento cuarenta y tres años, marcó  una impronta en el manejo de las ideas políticas y sociales.
 Queremos plasmar en las  siguientes páginas, relatando  al mundo, lo que fue la Universidad de Chuquisaca, lo que es y hacia dónde se proyecta.
Estamos seguros que el esfuerzo realizado hasta el presente, permitirá caminar con objetivos  cuidadosamente definidos, con el propósito de  mantener con excelencia  su protagonismo en el devenir  histórico del país

Historia y Simbolismo de la Universidad de San Francisco Xavier ha sido posible gracias a la contribución de destacados intelectuales que se formaron en sus aulas, a quienes a través de  estas páginas,  expresamos nuestro  reconocimiento. Nos referimos  a Valentín Abecia Ayllón, médico,   historiador y  político, autor de “Historia de Chuquisaca”, en la que  incluye la historia de la Universidad; a Luis Paz, abogado, historiador y político, autor de “La Universidad Mayor,  Real y Pontificia de San  Francisco Xavier de la Capital de los Charcas. Apuntes para su Historia” a Ramón Chumacero Vargas,  hombre intelectual y de acción en las jornadas que hicieron posible la Constitución de la Autonomía Universitaria, autor de “Acción Universitaria” y “Páginas Universitarias”; a Guillermo Francovich, abogado, filósofo, quien escribió  “Pensamiento Universitario de Charcas”; a Manuel Duran Padilla, abogado de gran prestigio nacional e internacional, autor de la “Reforma Universitaria en Bolivia” a Oscar Frerking Salas, autor de “Legislación  Universitaria”, finalmente debemos  mencionar a Hugo Poppe  Entrambasaguas.

La Universidad de Charcas,  con su obra de más tres siglos y medio, se manifiesta gigante  a través de la realización de sus aspectos institucionales, de una producción científica, que permite  entender las transformaciones sociales y culturales, acaecidas en su contexto social y,  por ende, en la sociedad boliviana.

La justificación del esfuerzo de investigación, consiste en ofrecer  a las generaciones venideras el soporte humano y social de la realidad actual, para la valoración y estímulo de los forjadores  de una estructura humana, científica y cultural de nuestra Alma Mater.
La convicción de mantener y cultivar la lucha tenaz e imperecedera de nuestra Universidad, por el  respeto a los derechos humanos, a la libertad, la equidad y la justicia, exige mayor sentido de responsabilidad como ciudadanos y profesionales afortunados, al haber tenido la oportunidad de educarnos en la excelsa Universidad Mayor Real y Pontificia  de San  Francisco Xavier de Chuquisaca.

Sucre (Bolivia) enero del 2014

(*) Karl Mannheim (1895-1947) analiza en esta obra fundacional de la sociología del conocimiento las ideologías y las utopías como conceptos socio psicológico colectivo.      Editorial  Fondo de Cultura Económica de España  S.L. Madrid  2004



 PRÓLOGO

Con verdadera satisfacción cumplo el encargo del Dr. Antonio Dubravcic Luksic y  del Lic. Bernardo Gantier Zelada S.J., conspicuos socios de número de la Sociedad Geográfica y de Historia Sucre, para prologar esta obra “Historia y Simbolismo de la Universidad de Chuquisaca”. 
El Dr. Dubravcic, médico, Catedrático durante casi cuarenta años en la Facultad de Medicina de la Universidad de San Francisco Xavier, Director durante quince años de la Revista del Instituto Médico de Sucre, Vicepresidente de la Sociedad Geográfica y de Historia Sucre y el Lic. Gantier, sacerdote jesuita, licenciado en Filosofía por la Universidad Católica de Bolivia y en Teología por la Pontificia Universidad de Comillas, Madrid, han realizado este interesante ensayo de investigación histórica de la Universidad de San Francisco Xavier, la sexta en América por el orden de su fundación, realizada por el P. Provincial de la Compañía de Jesús, Juan de Frías y Herrán el 27 de marzo de 1624. Esos trescientos noventa años de prolífica existencia, con su descollante actividad durante la colonia, su importantísimo rol en la independencia no sólo de Charcas, sino de la América toda, su enorme contribución a las letras, ciencias y artes durante la República, con los avatares que ha tenido que afrontar, su situación en el presente y su proyección al futuro, están aquí contados de manera sencilla, amena, con el rigor histórico que exige un trabajo como éste.
En la obra se narra la situación de la Compañía de Jesús en los años inmediatamente anteriores a la fundación de la Universidad, lo acontecido con este trascendental hecho, el método jesuítico de enseñanza, así como se explica el origen de los símbolos: Escudo y bandera universitarios. También las vicisitudes que tuvieron que pasar los jesuitas, por ende la Universidad, con su expulsión de España y sus dominios durante el reinado de Carlos III, la creación e importancia de la primera escuela de post grado, como fue en el ámbito del derecho la “Academia Carolina”, el pensamiento independentista y la acción por la independencia de la metrópoli por los doctores de Charcas en 1809. Los movimientos autonomistas universitarios a partir del manifiesto de Córdoba de 1918 y el logro de la autonomía  universitaria en Bolivia a partir de 1930; esa autonomía que fue varias veces conculcada por gobiernos totalitarios, que no trepidaron en intervenirla. El libro finaliza con un breve relato de las diferentes facultades y carreras actualmente existentes y su ampliación reciente, a varias provincias de Chuquisaca.
Una información verdaderamente interesante y que sin duda ha exigido mucho trabajo de investigación, es la nómina completa de quienes ejercieron el alto cargo de Rector, desde el primero el P. Jesuita don Luís de Santillán en 1624, al actual Ing. Walter Arízaga Cervantes, en cada caso con especificación de los años en los que desempeñaron esas funciones.  
A más del relato de los períodos y sucesos mencionados en los párrafos precedentes, que de por sí son importantes para conocer la verdadera historia de nuestra Universidad, los autores hacen una valoración crítica de lo que fue, es y pretende ser esta Casa de Estudios Superiores, íntimamente ligada al quehacer general no sólo de Bolivia, sino del Continente todo, con verdaderas imparcialidad y ecuanimidad.
Considero que nuestra colectividad universitaria y extra universitaria, deben agradecer a los autores Dr. Dubravcic y Lic. Gantier por presentarnos en breves líneas una completa visión de “San Francisco Xavier de Chuquisaca”, porque en esta ciudad al influjo de la Universidad, se pensó y actuó para América, en un quehacer que como todo lo importante en la vida, no está acabado y aún queda mucho pendiente, para lo que es inexcusable conocer el pasado como aquí se lo presenta.
Finalmente, sólo me cabe recordar que en ninguna ciudad de Bolivia tiene la Universidad Pública tanta importancia en la cotidianidad como en Sucre, porque Sucre está en la Universidad y ésta en aquella.
Sucre, marzo de 2014

Dr. Ramiro Samos Oroza
Presidente Sociedad Geográfica y de Historia Sucre

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PRESENTACIÓN
 
Al analizar la historia de la U.M.R.P.S.F.X.CH. nos encontramos con diferentes facetas de casi cuatro siglos de vida institucional.

No entra en duda la eminencia con la que ha influenciado en América del sur y particularmente en la célebre ciudad de la Plata hoy Sucre, ilustradora de virtudes y sabiduría, esparcidora de la luz en la cátedra del pensamiento; supo responder a las necesidades de diferentes épocas, cruzando serena su camino a veces cubierto de espinas, pero sin desmayar por la grey, porque su espíritu se basa en las vastas fuentes de la ciencia e investigación; aun tropezando, nunca perdió su grandeza.

El nombre de la egregia Universidad y su autonomía, ahora y siempre será recordada con respeto y gratitud por la juventud, nada, ni nadie empañará el terso cristal de su reputación. La intensidad de su obra se sobrepone a las paciones contemporáneas. Por esta y otras razones, al hacer esta presentación de una obra tan grande y minuciosa por parte del Dr. Antonio Dubravcic Luksic, valoro en sumo grado su esfuerzo, investigación y aporte, mismo que se guardara en los anaqueles del Alma Mater, Crisol de Libertad y el Saber.


Ing. Walter Arizaga Cervantes

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HISTORIA Y SIMBOLISMO DE LA 
UNIVERSIDAD DE CHUQUISACA

(1624 – 2014)

Antonio Dubravcic Luksic *
Bernardo Gantier Zelada**

* Ex Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chuquisaca.
Vicepresidente de la Sociedad Geográfica y de Historia “Sucre”
** Licenciado en Filosofía, Universidad Católica de Bolivia, Teología Universidad Pontificia de Comillas, Madrid. Socio de Número de la Sociedad Geográfica y de Historia “Sucre”
 
INTRODUCCIÓN

La Universidad de Charcas, La Plata o Chuquisaca, en el virreinato del Perú, tuvo  su Real Cédula fundacional muy posterior  a  de las universidades de Santo Domingo, Lima México y Córdoba. El emperador Carlos V le concedió la fundación mediante Real Cédula de 11 de julio de 1552, fue obra del fundador de la Universidad de Lima, Fray Tomás de San Martín, primer Obispo de la Diócesis. No se sabe con precisión las razones que influyeron para que se postergara la aplicación de esta Real Cédula fundacional. Algunos historiadores como Rodríguez Cruz (1), opinan que tal vez se debió a la muerte de su promotor (Fray Tomás), ocurrida el 29 de marzo de 1554; años después, cuando inició  sus actividades, tuvo una destacada actuación en el campo académico y político del Alto Perú.

Fue  en el siglo XVII, cuando Charcas logró su universidad, pero no precisamente por efecto de la Real Cédula, sino más bien por iniciativa de la Compañía de Jesús, cuyas gestiones fueron decisivas para lograr su creación. Con anterioridad se realizaron otras peticiones a la corona, tanto desde la sede arzobispal, como de la Real Audiencia. En 1621, los jesuitas fundaron un colegio, cuyo funcionamiento oficial en 1623  estuvo a cargo del rector del  colegio de La Plata, padre Luis de Santillán; fue este plantel jesuítico el que posteriormente dio origen a la erección universitaria.
Poco después, el 27 de marzo de 1624, el provincial Juan Frías de Herrán,
fundó oficial y solemnemente, estableciendo la primera estructura curricular, sus primeras constituciones y reglamentos que corresponden a la etapa jesuítica, así como que se le diera autoridad y reconocimiento a la Compañía para dirigir la institución y otorgar los grados  académicos respectivos.

 Frontis del Edificio Central de la Universidad
Ese tipo de organización influyo directamente en la educación, porque si bien, la enseñanza impartida en la mayor parte de las universidades hispanoamericanas en los siglos XVI, XVII y XVIII, se reducía al conocimiento de la lengua latina, los estudiantes de nuestra Universidad, llegaron a familiarizarse con la lectura y estudio de los mejores poetas clásicos, con la comprensión y análisis filosófico, que comprendía el estudio de las súmulas (lógica), física, metafísica, teología, escolástica, cánones y escrituras.

La expulsión de los jesuitas  en 1776 fue un duro golpe  para la instrucción pública en Chuquisaca. Sin embargo, se inició una nueva etapa en la historia de la Universidad de Charcas, llamada juristica(2).

El nuevo modelo fue organizado sobre las bases del derecho de Regio Patronato y la dirección de la Junta de Temporalidades. No obstante, la Universidad no perdió su misión de forjar a la nueva juventud, ni tampoco permitió que se perdiera el objetivo de preparar a los jóvenes para que fueran partícipes activos en el proceso de la emancipación americana.

No por casualidad, el primer movimiento político de emancipación  y libertad, que culminó con la Independencia  de la República de Bolivia, fue dado en Chuquisaca el 25 de Mayo de 1809 por gente formada en esta Universidad
La Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca en el Alto Perú, hoy Bolivia, fue importante por diversos aspectos en su trayectoria histórica. Es destacable el esfuerzo desempeñado por la Compañía de Jesús, impulsora y fundadora de la institución, hasta su expulsión de los Reinos de España en 1767. Esta Universidad se convirtió en una de las más reconocidas del Nuevo Mundo, es imposible negar su gran relevancia e importancia en la historia sudamericana.
En lo que respecta a su destacada labor en el proceso de emancipación, el
claustro de la Universidad tuvo una actuación relevante en los acontecimientos  de la Revolución de Chuquisaca, el 25 de mayo de 1809. Esta demostración indica el carácter de su indiscutible desempeño, en la independencia de las colonias americanas del imperio español, a través de la educación de un importante número de líderes, quienes más tarde formaron los primeros gobiernos independientes del Cono Sur.

El historiador Clément Thibaud,(3) señala que “la Academia Carolina de Charcas fue una escuela de dirigentes para la independencia”, ya que en su tiempo era la única institución de estudios jurídicos de importancia en todo el Río de la Plata y el Virreinato del Alto Perú, hecho que sin duda aportó a esa juventud gran parte de los recursos, con los cuales forjaron los valores intelectuales de la independencia.
Se recuerda que los pueblos del viejo continente exhibieron universidades seculares, cuyos orígenes son muy antiguos, como sucedió con la Universidad de El Cairo (Egipto), fundada en 988; la de Bolonia (Italia) establecida en 1089; Montpellier (Francia) en 1220; Oxford (Inglaterra) en 1096; la de París (Francia) en 1150; y la de Salamanca (España), fundada en 1218. (4)
Por razones obvias, la fundación de universidades en Hispanoamérica ocurrió más tardíamente.

Luego de haber transcurrido algo más de cuatro décadas del asentamiento  de los españoles en tierras de América, empezaron a fundarse escuelas, colegios de estudio y universidades. En el caso de estas últimas instituciones, la primera universidad fundada en América fue en la isla de Santo Domingo, denominada Universidad de  Gorjón, obra de los religiosos dominicos en el año de 1538, por Bula papal de S.S. Paulo III. (5)

El 12 de marzo de 1551, la Cédula Real, aprobada por Felipe II, recién llegó a Lima en 1553, procediéndose a la fundación en memoria de Don Carlos, en el año de 1574. Se le dio el nombre de San Marcos.
La Universidad de San Francisco de Quito fue confirmada por el Papa Sixto V por Bula del 20 de agosto de 1586. La Universidad de Santa Fe de Bogotá, se fundó en 1610, con el nombre de San Bartolomé.
El Obispo de Córdoba Fr. Fernando Trejo y Sanabria, fundó  la Universidad de Córdoba en 1613, pero fue en 1622 cuando dispusieron del Sello de la Autoridad.  Los papas Gregorio XV y Urbano VIII, así como los reyes Felipe III y Felipe IV, aprobaron el contenido de sus estudios. (5)

En 1624, se fundó en La Plata la Universidad de San Francisco Xavier por el padre Provincial Juan de Frías y Herrán. En el mes de  febrero de 1621, existía el Colegio de San Juan Bautista, por la provisión del Virrey Príncipe de Esquilache.
Sin olvidar las conquistas del siglo XVIII, como la revolución francesa, la imposibilidad de sostener la interdicción de ideas entre las colonias españolas y el resto del mundo, puede catalogarse a la ciudad de La Plata como, “el pueblo más civil”,según expresión de varios historiadores, y fue allí donde se fraguó “el pensamiento de libertar a las colonias hispano-americanas”.

Por esos motivos insistimos, la Universidad de Charcas fue la que condujo a los hijos del Alto Perú por el camino de la libertad. Se puede afirmar que el estallido del 25 de mayo de 1809, constituye el producto de la incubación universitaria en primer término, asociada a otras causas secundarias, fenómeno que no pudo realizarse en Lima por la acción letal del Virrey; algo parecido ocurrió en Buenos Aires en 1810, como consecuencia de las dos invasiones inglesas, la gente adquirió conciencia de su poder material, al mismo tiempo que se le ofrecía el recurso intelectual suficientemente desarrollado, constituyendo el único motor de las grandes transformaciones.
 
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1 Ver al respecto a RODRÍGUEZ Cruz A: Historia de las universidades hispanoamericanas. Instituto Caro y Cuervo, Patronato Colombiano de Artes y Ciencias, Bogotá, 1973,1.1, p. 353.
2 WUST, A: La Universidad de San Francisco Xavier, cuna espiritual de la independencia americana, Revista Latinoamericana, México, 1958.
3 ZAVALA Córdova, Gonzalo: Clément Thibaud, La Academia Carolina y la independencia de América. Los abogados de Chuquisaca (1776-1809), Sucre, Editorial Charcas, Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, 2010, 161 p.
4 ABECIA Valentín y Mallo Nicanor: Historia de Chuquisaca, Editorial Charcas, Sucre, Bolivia, 1938, p. 171.
5 ABECIA Valentín y Mallo Nicanor: Ibídem

CAPITULO I

LOS PRIMEROS JESUITAS EN LA PLATA

En el año de 1574, con el objeto  de organizar el Virreinato del Perú, llegó a la ciudad de La Plata el Virrey don Francisco de Toledo acompañado de su séquito, como asesores teológicos, a los primeros jesuitas que llegaron a esta ciudad: los padres Jerónimo Ruiz de Portillo y Juan de la Plaza. Posteriormente, arribaron a la ciudad los padres José de Acosta y Luis López, en sus dos primeros meses de estadía, se dedicaron a impartir los ministerios propios de la Orden: prédicas, ejercicios espirituales, acompañamiento espiritual y confesiones. Posteriormente se trasladaron a Potosí, donde formaron un equipo apostólico que dio grandes frutos tanto entre españoles como entre indígenas, de tal manera que ante el pedido de la población se fundó un colegio en 1577. (6)  

Fundación del Colegio de Santiago Apóstol (22 de febrero de 1621)
En el año 1591, el trabajo  que realizaron  los Padres Manuel Vásquez y Antonio Vega, despertó en  la Villa en La Plata el clamor popular con el objeto de exigir una permanencia estable y definitiva de los jesuitas en la ciudad. El Cabildo secular haciendo eco de la solicitud  de los pobladores realizó su petición formal a la Real Audiencia, para que en ejercicio del Real Patronato dé su aprobación y encomiende a su Procurador la ejecución del trámite. Sin embargo, ante la idea de que pudiera establecerse una nueva orden religiosa en la ciudad, se produjo una férrea oposición de los cuatro conventos de las órdenes religiosas más antiguas y de sus sectores afines.

Gracias al apoyo de don Alonso de Cepeda, Presidente de la Audiencia, los oidores de ambos cabildos: el secular y el eclesiástico, así como  decididos amigos, allanaron  los inconvenientes. Así,  a mediados de 1591, se fundó el Colegio de la Compañía de Jesús  en la Plata, con el nombre del Apóstol Santiago el Mayor, institución que estará marcada, hasta el final de sus días, por dos principales objetivos: el apostolado y la misión con los indígenas por una parte, el apostolado y la misión intelectual  con los españoles, por otra.

 Labores  apostólicas  y  docentes
Durante el siglo XVII el Colegio de Santiago, parecía una “colmena de varones apostólicos”, pues los miembros de la comunidad jesuítica estuvieron  abocados a una intensa actividad de evangelización de los indígenas a través de las cofradías del Niño Salvador, los sermones públicos, las misiones rurales y las misiones entre infieles.
El sector español fue atendido por intermedio de las congregaciones marianas, las prédicas, las misiones urbanas sobre todo, con la labor docente y académica(7)

A principios del siglo XVII los miembros de la esta comunidad, volcaron  sus intereses para atender al numeroso colectivo humano de los esclavos africanos afincados en la ciudad. Organizaron  una cofradía similar a  la de los indígenas. En la década de los años veinte y treinta este ministerio cobró nuevos ímpetus con la llegada del prestigioso  padre Diego de Torres Bollo, quien  a pesar de su avanzada edad y después de su gigantesca obra de organización en la Provincia del Paraguay y de sus Reducciones, terminó sus años apostólicos en la capital de los Charcas.

Desde el inicio, el Colegio de Santiago se constituyó en una institución dedicada a la educación. Las primeras letras que impartieron a los niños, se llamó la “decuria”, normalmente estuvo a cargo de algún jesuita estudiante. El  Colegio también ofreció a la juventud la formación en gramática y humanidades que se llamó “latinidad”. Estos estudios tuvieron un nuevo impulso, cuando a partir de 1606, durante el rectorado del padre Juan Frías de Herrán, se acomodaron las nuevas directrices de la Ratio Studiorum, establecidas en todos los centros educativos de la Compañía de Jesús.
Por su parte, la Cofradía de los indios llamada del Niño Jesús participó de este sistema de educación, al disponer de su propia escuela donde se enseñó a los niños, hijos de los cofrades, letras, cuentas y música.

Fundación del Colegio Real de San Juan Bautista (10 de abril de 1621)
Los antecedentes de la fundación de San Francisco Xavier revelan que el “Colegio Real de San Juan Bautista”  fue el principal precursor para que los religiosos jesuitas fundaran en 1624 la ilustre Universidad que desde la época de Audiencia de Charcas, hasta el día de hoy es reconocida por su prestigio académico y motor  fundamental de la economía local de Chuquisaca.
 
El año 1621, vecinos, caballeros y personas más principales de la ciudad de La Plata habían pedido fundarse en ella un colegio de estudiantes para que en él se críen en letras y virtud los hijos de los caballeros de aquella república y comarca.(7)

El 10 de abril de ese año, a solicitud del procurador general de la Compañía de Jesús, padre Alonso Fuertes de Herrera, y a nombre del sacerdote Juan de Frías y Herrán, el virrey Joseph de Cáceres y Ulloa dio el título de “Colegio Real del Señor de San Juan Bautista” al colegio de los jesuitas en La Plata.

Dos  cátedras de estudios superiores.
Lo que dio mayor relevancia a los estudios en el Colegio de Santiago, fueron las dos cátedras que se pusieron al servicio de la formación del clero de la arquidiócesis platense.
La más antigua fue la de “Lengua Índica” que se estableció para responder a las exigencias de las disposiciones reales (8) y al mandato  de los Concilios Limenses que obligaban  a los aspirantes al sacerdocio y a los candidatos a los cargos de párrocos o doctrineros a mostrar suficiencia y dominio de las lenguas de los indígenas.
A partir de 1593, y durante treinta años, la Cátedra de Lengua Índica estuvo a cargo del padre Diego de Torres Rubio, quien escribiendo  gramáticas y vocabularios en Aimara, Quechua y Guaraní puso las bases de esta cátedra que tuvo un brillante desarrollo hasta la expulsión de la Compañía en tiempos de Carlos III (Agosto de 1767).(8)
Luego de siete años de  vacancia de su sede,  el Arzobispado de La Plata, en fecha  18 de Octubre de 1610, recibió al primer  Arzobispo don Alonso de Peralta, quien al percatarse de la realidad de su grey descubrió la triste situación de la evangelización de los indígenas y la débil atención pastoral a los  feligreses.
 
El 23 de Septiembre de 1580 desde Badajoz el Rey Felipe II envió a la Audiencia de Charcas una Cédula Real en la que disponía la creación de una Cátedra de Lengua General en el sitio más adecuado donde se hallase “la persona más inteligente de la lengua general de los indios” para que la “leyese”. Al mismo tiempo encargaba a los Obispos de la jurisdicción de Charcas no ordenen a los que ignoren la lengua de los indios y que, más bien, dicho conocimiento sería mérito a tener en cuenta a la hora de conceder beneficios, que los curas que tuviesen doctrinas sin saber el idioma debería cursar las lecciones, aprobar examen de suficiencia y presentar certificado que lo acredite, caso contrario los beneficios de las doctrinas de las que gozaban quedarían vacantes, etc.

Una de las mayores causas de ese abandono, fue la escasa formación de los párrocos para subsanar el mismo, buscó el apoyo del Colegio de los Jesuitas,  y dispuso  la fundación de  la segunda de las cátedras: de Teología Moral y Casos, iniciando  sus lecciones en 1611, con  la participación de cuarenta oyentes, todos  ellos clérigos de la Arquidiócesis.
El primer Arzobispo de la Villa de La Plata, planteó la necesidad de fundar  una Universidad en Chuquisaca. Tres años  antes, en 1607 los colegios “de arriba” (entiéndase de la Audiencia de Charcas) de la Compañía de Jesús del Perú, presentaron al Padre General en Roma un extenso y muy ponderado postulado para que dichos colegios puedan acoger un noviciado en “estudios” (formación superior) y en Teología para los estudiantes jesuitas criollos de la región, con la posibilidad de recibir alumnos externos. Los fundamentos de esa representación tomaron en cuenta  las distancias que existían para llegar a Lima, lo nocivo del clima de esa ciudad, y la necesidad de formar personas que sirvan a su tierra. (9)

Se planteó la necesidad de crear una Universidad en Chuquisaca
En 1613, la Audiencia de Charcas, elaboró  un memorial,  enviado  al Rey, en él se justificaba la necesidad de fundar una universidad en la ciudad de La Plata. En 1606  se dispuso que  el Obispado se convierta en  Arzobispado, se dispuso   que la  ciudad  de La Plata, sea la  sede Metropolitana. Esa  iniciativa despertó el apoyo de los vecinos y del Arzobispo, que vieron   la necesidad de contar con un centro de formación para los estudiantes del distrito de Charcas y de las gobernaciones del Paraguay  y de Tucumán. Así se evitaría a los estudiantes el traslado penoso de 330 leguas desde Charcas, y más de 800 leguas desde Tucumán y del  Paraguay, hasta Lima donde “con la diferencia de los temples enferman y mueren” (9).
 
Del Colegio Real de San Juan Bautista, a la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca.
Don Francisco de Borja, Príncipe de Esquilache, Gobernador y Capitán General de reinos y provincias del Alto Perú, mediante provisión de 10 de abril de 1621, ordenó  la fundación de un plantel educativo con la categoría de Colegio Real al que llamó  San Juan Bautista.

Fundación de la Universidad de San Francisco Xavier. (27 de marzo de 1624)
Al respecto el  historiador Valentín Abecia señala que: (10)

“En el documento titulado Patente de la fundación de la universidad, el padre Juan de Frías Herrán, como prepósito y provincial de la Compañía de Jesús en el Perú, dijo que con la universidad los jesuitas deseaban mostrar el amor que su orden tenía por la ciudad de La Plata dando a sus hijos doctrina y letras con las que vivan virtuosamente y oficio, erijo, establezco y fundó en nuestro colegio ­­­ de esta ciudad de La Plata una Universidad, para que los estudiantes que cursen en ella o hubieran estudiado en los demás colegios de estos reinos y provincias del Perú puedan ser y sean graduados de bachilleres, licenciados, maestros y doctores en las facultades que cursasen... Nombró por rector de la Universidad al padre Luis de Santillán. Nombró por cancelario y prefecto de estudios al padre Ignacio Arbieto, por ser puedan ser honrados, aprovechados y sujetos de grandes esperanzas.
Declaró solemnemente: Por la autoridad que nos está concedida por la Bula Apostólica (de Gregorio XV) y Privilegio Real (de Felipe Tercero), con las provisiones de los señores virreyes y decreto de la Real Audiencia de Charcas y usando asimismo de la facultad de mi sujeto consumado en letras, que ha enseñado Teología muchos años en nuestro colegio de Lima. Instituyo seis cátedras: Cátedra de Prima, a cargo del padre Ignacio de Arbieto; Cátedra de Vísperas, a cargo del padre Francisco Lupercio, cuyas letras, virtud y ejemplo son notorios en la ciudad. Cátedra de Teología Moral, a cargo del padre Miguel de Salazar, persona muy docta y de toda satisfacción; Cátedra de Artes, a cargo del padre Ferdinando Reiman, cuyas letras y modo de enseñar son conocidos y notorios en nuestra provincia; Cátedra de Mayores y Humanidad, a cargo del padre Federico Tornabona, eminente y consumado no solo en letras humanas, sino en divinas y en todas las ciencias.
 Cátedra de Medianos y Menores, a cargo del padre Francisco de Morales, teólogo consumado...
 
          "La universidad tendrá por patrón a nuestro glorioso padre San Francisco Xavier, nuevo apóstol de la India, y    llevará su nombre para que con su patrocinio y amparo el aprovechamiento de los estudiantes sea lo que yo deseo, para mayor gloria de Dios Nuestro Señor y ensalzamiento de su santo y bendito nombre e IHS... San Marcos de Lima”.
“... Y en esta forma, dejo fundada la Universidad y Colegio Real anexo e incorporado...”

En uso de la autoridad concedida por Bula Apostólica y Privilegio Real, con las provisiones de los Señores Virreyes y Decreto de la Real Audiencia, primero se nombró al Rector de la Universidad y  luego al
Cancelario y al Prefecto de los Estudios, designación  que recayó en el Padre Ignacio de Arbieto  por contar con el aval de haber sido durante muchos años catedrático de Teología en Lima.

En 1621 el padre Juan Frías de Herrán, Provincial de la Compañía de Jesús en el Perú, antiguo rector del Colegio de Santiago de la Plata, fundó dos colegios para hijos de familias nobles: uno  en esta ciudad Sede de la  Audiencia de Charcas: el “Real Colegio Convictorio de San Juan Bautista” y otro en el Cusco: el “Real Colegio de San Bernardo”. En esa oportunidad se inició las gestiones ante el Papa y el Rey, para que la Compañía de Jesús en el Perú concediera  a los estudiantes de sus colegios grados superiores: el de bachiller, licenciado, maestro o doctor.
Con este apoyo, y en virtud a la bula de S. Gregorio XVI del 9 de Julio de 1621, mediante cédulas reales de 2 de Febrero y 26 de Marzo de 1622, se ordenó que en  la diócesis que tuviesen colegios jesuíticos, a más  de 200 millas de una universidad pública, los obispos autorizaran el otorgar los grados de bachiller, licenciado, maestro y doctor en filosofía y teología, con valides en todas las universidades de América y Europa. 
El padre Frías Herrán decidió crear dos nuevas universidades en Cusco y en La Plata. En febrero de 1623 en el Colegio de la Transfiguración de la antigua Capital del Tawantinsuyo fundó la “Universidad de San Ignacio de Loyola” con las lecturas de las Bulas papales y las Cédulas reales correspondientes. Un año más tarde, el mismo padre Provincial en  una visita a la sede de la Audiencia de los Charcas, el 27 de marzo de 1624, en el “Colegio del Señor Santiago Apóstol” hizo lo propio, dando por fundada la Universidad de San Francisco Javier.
   
Posteriormente 15 de Abril, con toda solemnidad, en el aula con artesonado dorado del Colegio de Santiago, el padre. Juan Frías de Herrán, en presencia de los Alcaldes ordinarios de la ciudad y del Cabildo, mandó a colocar las bulas, las cédulas, las provisiones del Virrey, un Auto de la Real Audiencia y una orden suya con la primera lección de la Universidad. En  esa ocasión el padre Federico Tornabono, maestro de Mayores, pronunció una oración latina haciendo elogio de los estudios que se inauguraron para el bien de estas  provincias “gracias a Su Santidad y a Su Majestad”, y posesionaron los maestros en las cátedras de artes.

Al padre Gonzalo Lira, miembro de la comunidad, se le pidió incorporar la patente a los prebendados de la Catedral - al Deán le competía graduar o incorporar– así se tenía  al claustro completo. El 31 de Junio, en la iglesia de Santiago, se otorgaron  los  primeros grados al Dr. Pascual Peroches Maestrescuela de la Catedral –con 14 o 15 maestros- y doctores ya incorporados.
En virtud de la Bula, se concedió  el grado de doctor al Licenciado Lorenzo López Barriales, ex alumno del Colegio.

El régimen de la Universidad
El padre  Provincial dispuso que el Rector del Colegio, como se usaba en la Compañía de Jesús, el padre Luis de Santillán ejerciera su autoridad en la Universidad, y el cargo de Prefecto lo desempeñará el padre Ignacio de Arbieto, la Cátedra de Prima de Teología la dictará este mismo padre, la de Vísperas de Teología la ofreciera el padre Francisco Lupercio, la de Teología Moral  la enseñará  el padre  Miguel de Salazar, la de Artes la brindará el padre. Ferdinando Reiman, la de Mayores y Humanidades el padre Federico Tornabono y la de Medianos y Menores el padre Francisco de Morales. Así, en las nuevas cátedras se mantuvo la de antigua de Moral, lo mismo aconteció con la de “Lengua Indica” que se mantenía   a cargo del eminente lingüista padre Diego de Torres Rubio.
La Universidad tenía que contar con un Cancelario, normalmente le correspondida al Arzobispo, o en tiempos de ausencia, el Deán de la Catedral, debía aprobar las decisiones que tomaba el Rector sobre asuntos institucionales y conferir  grados.

El Claustro de la Universidad fue  una instancia compuesta por los maestros y doctores de la Universidad que recibieron los exámenes de grado. El Rector fue el Superior de la comunidad de los jesuitas y ejerció el
cargo de “gobierno absoluto” sobre el Colegio y la Universidad, fue designado por el padre Provincial de la Compañía de Jesús.

 El padre  Prefecto de Estudios supervigiló el régimen académico sobre alumnos y catedráticos. El Secretario custodió el archivo y el arca; refrendaba escritos, actuaciones y testimonios.

El Receptor fungía como procurador de los bienes y recogía multas, propinas y derechos de grados. Finalmente dos bedeles en turnos semanales  supervisaron  el aseo, la disciplina y la distribución de horarios.

Los grados se  otorgaron, cuando los alumnos hubieran aprobado con mérito las cátedras del curso. Con tres puntos aprobados se graduaba un bachiller. Un bachiller con el respectivo puntaje y un curso más como pasante. Con un curso más se graduaba un maestro de artes. Con la facultad de Artes o Filosofía vencida y con cuatro cursos de la carrera se graduaba un bachiller en Teología. Con estos mismos estudios más dos cursos como pasante se graduaba un licenciado en Teología. Finalmente el doctor en Teología debía defender una tesis. 



Fig. 2 Acta Fundacional de la Universidad
___________________
(7) Abecia Valentín Historia de Chuquisaca pág. 174; Sucre  1939(8) El 23 de Septiembre de 1580 desde Badajoz el Rey Felipe II envió a la Audiencia de Charcas una Cédula Real en la que disponía la creación de una Cátedra de Lengua General en el sitio más adecuado donde se hallase “la persona más inteligente de la lengua general de los indios” para que la “leyese”. Al mismo tiempo encargaba a los Obispos de la jurisdicción de Charcas no ordenen a los que ignoren la lengua de los indios y que, más bien, dicho conocimiento sería mérito a tener en cuenta a la hora de conceder beneficios, que los curas que tuviesen doctrinas sin saber el idioma debería cursar las lecciones, aprobar examen de suficiencia y presentar certificado que lo acredite, caso contrario los beneficios de las doctrinas de las que gozaban quedarían vacantes, etc.
(9) Memorial de la Audiencia de Charcas a S.M. sobre la Universidad y otras cuestiones. Plata, 28 de Febrero de 1613. 2fls. AGI Charcas 19. En el mismo memorial se destaca la utilidad de los miembros de la Compañía de Jesús que “son de gran provecho para la policía cristiana y bien de las almas” y se pide puntualmente apoyo para la comunidad de Santa Cruz de la Sierra donde viven en gran necesidad.
(10) Abecia Ibídem
 


CAPITULO 2

LA IMPUGNACIÓN DE LIMA

Cuando se crearon las universidades de San Ignacio en el Cuzco y de San Francisco Xavier en Chuquisaca, se produjo la reacción inmediata en la Universidad de San Marcos de Lima, sintiendo que se dañaban sus derechos y prerrogativas como la única universidad para el Perú, envió una representación ante el Consejo de Indias solicitando la anulación de las cédulas de erección de dichas universidades. Esta instancia emitió una cédula atendiendo favorablemente la petición limeña, declarando fuera de derecho las nuevas fundaciones. Los delegados de San Marcos, de regreso a la ciudad de los Virreyes lograron la ratificación del Consejo de Indias con una provisión del Virrey de Lima don Diego Fernández de Córdoba, Marqués de Guadalcázar. (1612-1621). (12)
 
Diversos oficios enviados  desde Lima llegaron a La Plata, intentando hacer que la Audiencia de Charcas aplicará las determinaciones de Madrid y de Lima anulando la erección de la Universidad de San Francisco Xavier. El Oidor de turno, dispuso el “traslado” de la causa.
Luego la misma Audiencia declaró, en uso de sus prerrogativas, causa en litigio y, de esa manera, las célebres cédula y provisión no pudieron aplicarse.
La Audiencia se pronunció en un Auto, al considerar que la causa fue asumida en favor de la Universidad de San Francisco Xavier,  por el Cabildo Catedralicio y el Cabildo Secular de la ciudad, por los cabildos seculares de Potosí, de La Paz, de Oruro y de otras ciudades. La causa volvió a remitirse al Consejo de Indias para que fuese revisada con serenidad.
La respuesta de la Corte de Madrid fue favorable para las nuevas universidades, conforme a la Bula del Papa Gregorio XV, que había concedido la gracia de dar grados, y gracias a los jesuitas de Roma por diez años, ésta fue ratificada  en una Bula del Papa Urbano VIII a perpetuidad.
Gracias a las gestiones que realizó el padre Procurador de la Provincia del Perú en Madrid, el padre Cristóbal García Yáñez a nombre del padre Provincial Juan Frías de Herrán, del Arzobispo de La Plata, de los obispos sufragáneos, de los cabildos seculares y eclesiásticos, de las autoridades y de la nobleza de las ciudades de la Audiencia de Charcas (las que eran favorecidas con la fundación) lograron que el propio Rey Felipe IV ordenara el cumplimiento de las cédulas antiguas.
 
 Los brillantes inicios.
Los informes de los superiores de la Compañía de Jesús, reconocieron la excelencia de los estudios de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca y el “lucimiento” en los actos académicos, es el  otorgamiento de grado no tenían  nada que envidiar a los celebrados en la Universidad de San Marcos de Lima o de cualquier universidad de España.
El 29 de Julio de 1679,  se realizó la solemne incorporación al claustro de la Universidad de San Francisco Xavier del nuevo Arzobispo de La Plata don Cristóbal de Castilla y Zamora, antiguo Inquisidor en Lima y recién Obispo de Guamanga, ciudad en la que había dejado fundada la Universidad de San Cristóbal.
 
En 1681, atendiendo a las necesidades del Tribunal de la Audiencia, el arzobispo don Cristóbal de Castilla y Zamora, en calidad de  Cancelario de la Universidad, tomó la iniciativa de fundar a su costa, tres nuevas cátedras, dos de Cánones (de Prima y de Vísperas) y una de Instituta.
A los padres de la Compañía se les presentó  una encrucijada de jurisdicciones y obediencias. Hicieron sus representaciones y explicaron sus dudas. Fundamentaron que ellos gobernaban la Universidad con  autonomía disponiendo de las cátedras, con una función netamente eclesiástica, atendiendo  a las bulas y Cédulas de la fundación de la Universidad.
Alegaron  que con las nuevas Facultades de Derecho se presentarían otras dificultades, en las cátedras con maestros seglares, sobre los que el Rector no tendría autoridad. Se hizo la consulta a Roma y luego de recibir Bulas y Cedulas de confirmación quedaron todos en paz. El 26 de Septiembre de 1682 el padre Juan de Mora, Vicerrector, convocó a exámenes de oposición para las nuevas cátedras.
Este acontecimiento de apertura de ciencias seculares en la Universidad  resulto un acierto  a corto y mediano plazo. También fue una invitación para que acudan a Chuquisaca estudiantes provenientes de lugares bien remotos del Virreinato del Perú como las provincias de Tucumán y  Río de La Plata.
 
El método jesuítico.
A partir de 1599, durante dos siglos, el código pedagógico de estudios, fue aplicado universalmente en la educación jesuítica, se regía por Ratio Studiorum.  Este sistema educativo estipulaba  el orden de las disciplinas, materias, reglas administrativas, el rol  de autoridades y docentes, los usos y costumbres, premios y castigos, tiempos de estudios, descansos y vacaciones, los autores, etc.
La pedagogía jesuítica se caracterizó por su dinamismo en las pre lecturas, resúmenes, la base de los estudios estuvo  en la gramática y las humanidades, que se nutrían en los  autores clásicos greco-romanos. En el campo de la filosofía y la teología,  la doctrina oficial, era la escolástica de raíz aristotélica y tomista,  desde la vigorosa lectura de los textos del padre Francisco Suárez, complementada con las de los padres Juan de Mariana, el padre Luís de Molina, padre Juan Maldonado y otros pensadores de la Compañía de Jesús.
De esa manera, se estimuló a los estudiantes el dominio de la materia, la discusión, la destreza en el uso de la lógica, la capacidad de articular el discurso.
La base de los estudios estuvo  en la gramática y las humanidades que se nutrían de textos de  autores clásicos greco-romanos.
Estos fundamentos escolásticos unidos al método dinámico de la Ratio dieron lugar a una auténtica práctica filosófica en los estudiantes.
Las situaciones del mundo colonial y los contextos históricos confrontados con algunos elementos teóricos de la escolástica (derecho de resistencia al tirano, derecho de conquista, la necesidad de obedecer las leyes, la nulidad de leyes injustas, la soberanía del pueblo, las formas de gobierno...) plantearon cuestionamientos que fueron resueltos por aquellos espíritus inquietos con una creatividad, y un ímpetu que dieron lugar a mantener opiniones que condujeron a cuestionar la legitimidad de la presencia colonial española en América.
 
Producción intelectual.
La historiografía boliviana lamenta y lamentará siempre la pérdida de los archivos de la Universidad y del Cabildo de Chuquisaca, quemados por la soldadesca de las fuerzas de Belzu; el 6 de diciembre de 1848, después de su victoria sobre la fuerzas de Velasco en la batalla de Yamparáes, se alojaron  en el edificio que entonces fungía como Palacio Legislativo, antes Universidad, y hoy Casa de la Libertad. Se supone que desaparecieron los testimonios de la actividad intelectual de las personas que pasaron por las aulas de San Francisco Xavier. (13)
Sin embargo es posible seguir el rastro de la producción de algunos
personajes miembros de la Compañía de Jesús, el padre Diego de Torres Rubio, quién regentó la cátedra de Lengua  durante cuarenta años, se conocen sus gramáticas, vocabularios y artes de las lenguas Quechua, Aimara y Guaraní , la forma hablada por los chiriguanos

Consolidación de la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca
Aunque la Universidad de Charcas, La Plata o Chuquisaca, contó con Real Cédula fundacional posterior a las universidades de Santo Domingo, Lima México y Córdoba, la disposición real no se ejecutó de manera inmediata. Fue en el siglo XVII cuando Charcas logró ser sede de una institución superior de  una manera efectiva y real. Con anterioridad habían sido realizadas otras peticiones a la corona, tanto desde la sede arzobispal como de la real audiencia. Los jesuitas habían fundado un colegio en 1621. Su funcionamiento oficial data de 1623 constituye el cimiento de la erección universitaria, que llevo adelante el padre Luis de Santillán.
 
Otra fuente para el estudio de la Universidad de Charcas fue la real resolución de Carlos III, de 15 de febrero de 1785, por la que se otorgó  a la Universidad  todos los honores y privilegios concedidos a la de Salamanca” (14).
Igualmente es interesante realizar el análisis, en la  obra Salmantica docet. En esa obra  se deja claramente reflejada la influencia de la institución salmantina en su homóloga de Charcas.
Los teólogos y filósofos de San Francisco Xavier se formaron lejos de las corrientes filosóficas universales que aquel tiempo era estudiadas y discutidas en importantes centros académicos europeos. Los estudiantes universitarios de Charcas desconocían, los sistemas filosóficos surgidos como consecuencia del gran movimiento cultural e intelectual del Renacimiento.
 
Su filiación al tomismo les impedía compenetrarse con los postulados
de Descartes, Hobbes, Espinoza y Leibniz. Renunciaron  a los conceptos establecidos en el Discurso del Método y otras obras de importancia fundamental.
A esta concepción del mundo, que sostuvo  la razón como un don divino, los jesuitas le agregaron un componente ideológico que entonces vivía la sociedad humana.

El tomismo jesuítico actuó como arma ideológica contra el protestantismo luterano, y, por otro lado, pretendió ser una respuesta a todas las inquietudes religiosas, culturales y políticas que estaban  madurando al abrigo de la Reforma. Precisamente, las doctrinas filosóficas fueron las que enseñaron en las aulas universitarias de San Francisco Xavier, maestros que merecieron el reconocimiento de la sociedad colonial, por su empeño religioso y brillo intelectual.

La Universidad San Francisco Xavier formadora de una elite
revolucionaria.
Al hablar  del Alto Perú y su importancia en la libertad e independencia
de nuestra patria, es de alusión obligada la Universidad San Francisco Xavier, institución que formo algunos de los hombres que  participaron  en el proceso  de independencia.
Conviene mencionar, que en los territorios del Virreinato del Río de la Plata existía la Universidad de Córdoba la más antigua, su trascendencia desde punto de vista académico y curricular, fue menor, por cuanto en ella, sólo se impartían disciplinas relacionadas con la Teología y las Artes, mientras que en Chuquisaca se inauguró la Facultad de Leyes, que fue la que más atrajo  a los estudiantes del Río de la Plata y del Alto Perú.
 
La universidad charquina gozó  de gran influencia, por cuanto Chuquisaca, también fue sede la Real Audiencia y el Arzobispado. A este último se subordinaron los obispados de La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Asunción, Tucumán y Buenos Aires, mientras la jurisdicción de la Real Audiencia se extendió de uno a océano, desde el desierto de Atacama hasta el estuario del Plata.
No debe olvidarse, que el prestigio de esta Universidad, atrajo letrados provenientes de distintos lugares de América, muchos de ellos egresados de los colegios San Carlos de Buenos Aires o Montserrat de Córdoba; ciudad donde no se cursaba jurisprudencia, ni se otorgaban grados  de facultad seglar. Los jóvenes elegían a Charcas por su prestigio y por  la ventaja de obtener un título doctoral
Fue tal su fama, que el general Miller, un viajero coetáneo de aquella época la llamó  “la Oxford de América”.
En sus claustros universitarios estudiaron Mariano Moreno, Bernardo Monteagudo, Juan José Castelli, por nombrar sólo algunos del grupo de personajes destacados en nuestra historia.
Sus ideas de libertad, que abrazaron con entusiasmo, estaban influidas por los neo escolásticos hispánicos como Francisco de Vitoria, Juan de Mariana, Luis de Molina, Domingo de Soto, Bartolomé de Carranza, Diego de Covarrubias, Eliscueta otros, y principalmente, por el jesuita Francisco Suárez. En su época este prominente ignaciano sostuvo una célebre e influyente polémica, con el rey Jacobo I, de Escocia e Inglaterra; en un escrito, el padre Suarez sostenía que el poder de los reyes no era una delegación divina, y por lo tanto, debían responder de sus actos, ante sus súbditos. La conclusión práctica de tal doctrina fue la inexistencia del derecho para cuestionar el poder de los monarcas, por más tiránico o inepto que fuese su comportamiento. Al respecto, Francisco Suárez, a comienzos del siglo XVII, fue profesor en las universidades de Salamanca y Coímbra, enseñó que:

“…el poder no pasa de Dios a gobernantes si no es por intermedio
del pueblo. Es éste quien, siendo depositario del poder, lo entrega o
transmite a los hombres que han de gobernar al Estado en un suerte de “contrato” que establece que si esos gobernantes no cumplen su función de ser gerentes del bien común y se transforman en tiranos,
el pueblo tiene derecho a levantarse en contra de ellos para deponerlos, y de reasumir el poder para darlo a otros gobernantes capaces de cumplir su función acertadamente” (15)

En aquel tiempo, estas ideas constituían un germen peligrosamente insurreccional, lo que determinó que el rey Carlos III decidiera la expulsión de los jesuitas de las tierras americanas. Cornelio Saavedra le negó  su apoyo al virrey Cisneros, dejando en  claro que el movimiento libertario es inevitable, utilizando  un argumento marcadamente suareciano: 
“…y no quede duda a Vuestra Excelencia que el pueblo es el que confiere la autoridad o mando”. (15)

Al calor de estas ideas del siglo XVIII, el pensamiento ilustrado que
penetró  con fuerza en las aulas de Chuquisaca, tanto en su versión hispana, según la mentalidad de Feijoo o Jovellanos, por su procedencia francesa, en el que predominó el criticismo racionalista, en especial Diderot y Rousseau.

Inspirados en estas ideas, los alumnos realizaron  juntas secretas a las que concurría un grupo de iniciados para  “fraternizar  entre sí, con el vínculo de la más perfecta unidad de ideas y sentimientos contra la Metrópolis”..(16)
Entonces, tal como hemos afirmado la Revolución iniciada el 25 de mayo de 1809, en la Ciudad de La Plata, sede de la Audiencia de Charcas, tuvo  como epicentro la Universidad de San  Francisco Xavier, por cuanto sus protagonistas, fueron alumnos prominentes, como Jaime Zudáñez, los hermanos Joaquín y Manuel Lemoine, Bernardo Monteagudo, José Mariano Serrano, Mariano Moreno, Juan José Castelli y otros jóvenes venidos   de Buenos Aires, Cuzco, Córdoba y Lima, quienes decidieron estudiar abogacía en Chuquisaca, uno de los  centros más calificado del continente, la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Xavier, cuyo prestigio, fue  una de las mejores de Hispanoamérica.(16)
 
El periodo jesuítico de la Universidad de San Francisco Xavier de   Chuquisaca.
A fines del siglo XVI, la ciudad de La Plata, otrora villa cuatro veces heroica y leal, la amante de las causas justas, se preció de ser madre de otras ciudades, la sede de un inmenso Obispado, y una Audiencia con jurisdicción de océano a océano. Con motivo  de la llegada de   los miembros de la Compañía de Jesús, una orden nacida con el ímpetu de las utopías humanistas del Renacimiento, presentó en el seno de los  ministerios apostólicos, la novedad del humanismo.
La Compañía de Jesús, no había planteado inicialmente el sostenimiento
de centros educativos, en aquellos tiempos que era casi inexistente la educación pública, poco a poco, fue adquiriendo el monopolio de la educación.
El diseño de los fundadores (San Ignacio y sus compañeros) quisieron dedicarse  al apostolado, los ejercicios espirituales, la predicación, la catequesis, la resolución de conflictos, la práctica sacramental y las obras de misericordia.  Sin embargo las circunstancias y las necesidades en varias poblaciones, empujaron a sus miembros a planificar su labor apostólica, en los términos de la educación impartida, desde la institucionalidad de los colegios.
En ellos, se descubrió  una veta abierta y rica para despertar el desarrollo de todas las  posibilidades humanas, en la educación de la juventud. De esa manera se  creó  un nuevo proyecto pedagógico, que se plasmó en  la Ratio Studiorum.

 “Los jesuitas, apegados a su ideal  pedagógico definido en  la  Ratio Studiorum, enlazaban, simultáneamente, instrucción y educación  en la formación de un estilo y espíritu de vida; precisamente, en el proceso de enseñanza-aprendizaje cuyo objetivo conjugaba, a través del raciocinio lingüístico, conocimientos  y valores, saber y ética, palabra y acción, cultura y buenos modales, a través del ejercicio  de la persuasión por medio la Retórica. Todo aquello fue posible gracias  al sistema administrativo de la Universidad, que fue ejemplo de la capacidad administrativa jesuítica. Sus miembros debieron tener una vida ejemplar, de austeridad y rectitud, celosos del cumplimiento de las normas jesuíticas, la cual daba garantía de respeto y obediencia, como acatamiento a la autoridad y, en suma, garantía de eficiencia en la gestión administrativa, así como en la misión espiritual y educativa la Orden de San Ignacio de Loyola”. (17)
 
Los municipios en Europa solicitaron  la creación de planteles de la Compañía de Jesús,  en cuyos estudios, aparte de la formación religiosa que ofrecieron  profundizar en el humanismo de los autores clásicos, educaron  el espíritu cívico. Esa fama de los jesuitas, determinó que en el Virreinato del Perú, los prelados, los cabildos y vecinos prominentes soliciten centros educativos bajo  la dirección de la Compañía. Aunque la orden llegó  a las Indias con la opción prioritaria de la evangelización a los indígenas, pudieron hacer compatibles sus labores pastorales y educativas en sectores urbanos.
La Compañía de Jesús en Charcas, con presencia de sus colegios en las principales ciudades, la  Universidad en La Plata y sus misiones en Mojos y Chiquitos, constituyen una referencia ineludible a la hora de estudiar el proceso cultural y la evolución de las identidades, en lo que ahora constituye Bolivia. Se puede rastrear y descubrir, tanto en las culturas populares la marcada religiosidad, como la configuración ideológica de las élites, la honda huella  de la labor educativa y  pastoral de los jesuitas. Las aulas de los colegios y de la Universidad formaron  a los individuos –y grupos- que ejercieron un liderazgo intelectual y político.

 ____________________ 
 (12) La Universidad de Lima, hace “mercurio alado” o de “Saulo que va a Damasco”, en medio de gran concurso de gente se presenta ante la Audiencia y lee la provisión del Virrey ante el Oidor semanero, Lic. Antonio Fernández Montiel. Este, sereno pronuncia: “Traslado”, que supone el paso a pleito, el cual duró un año. Ni la cédula del Concejo de indias ni la provisión del Virrey se ejecutan inmediatamente.
 (13) Dubravcic L Antonio; Villa Urioste Sergio, “Destrucción de manuscritos archivados en la Casa de la Libertad  citado  en  http://www.portalchuquisaca.8m.com/novedades/articulo3.htm
 (14) González Rodríguez, María de la Paz  La Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca (Alto Perú).  Bibliografía crítica y estado de la cuestión. Estudios de historia social y económica de América - Número 11, 1994 Universidad de Alcalá de Henares. Servicio de Publicaciones
 (15) Chuquisaca, el fermento revolucionario  www.oni.escuelas.edu.ar/olimpi99/guerrasincuartel/.../chuquisaca.htm
(16) Abecia V. Ibídem 
(17) Samudio O.E.. “El imaginario jesuítico en la Mérida colonial y republicana”
CAPITULO 3

SÍMBOLOS UNIVERSITARIOS:

EL ESCUDO UNIVERSITARIO
 
El padre Jorge Frías de Herrán, dio a conocer las disposiciones generales del funcionamiento de la universidad en 1624, señaló que  el sello y escudo de la universidad deben tener las siguientes características:

Y por que conviene que aia un sello particular para señalar los títulos de los grados, y para los demás despachos de la Universidad, se hará un sello de acomodada proporción, y tamaño que contenga en sí las armas de la Universidad, las cuales se ande fijar asi mismo sobre la puerta principal de la Universidad, poniendo en la parte superior Jesús (IHS) y a la mano derecha las armas del Rey Nuestro Señor, y a la izquierda las del Señor Patrono de la Universidad (el glorioso Padre San Francisco Xavier, apóstol de las Indias) y en la
parte inferior las de la Ciudad, en la forma que mejor se pueda disponer, y estas mismas se han de dibujar y poner siempre en iluminación o pintura en todos los títulos de los Grados (16).
 El sello que la  Universidad  estampaba en los títulos de bachilleres tenia las siguientes características:
 “La parte superior dividida en dos cuarteles, en el de la derecha las armas de Castilla (dos torres con dos leones rampantes), en la izquierda San Francisco Xavier con una cruz en la mano. En el cuartel inferior el águila de dos cabezas al medio de las columnas de Hércules.(18)

Fig. 3 Escudo de la Universidad

LA BANDERA UNIVERSITARIA.- (19)

Fue creada en fecha 8 de julio del año de mil novecientos cuarenta y cuatro en base a la Resolución aprobada por el Consejo Universitario, que a la letra dice:

Doctor Aniceto Solares.
Rector de la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier.

Por cuento el H. Consejo Universitario ha aprobado la siguiente resolución.

CONSIDERANDO:
Que es necesario dotar a la Universidad de San Francisco Xavier, de una Bandera que constituya el símbolo de su tradición;
CONSIDERANDO:
Que el Seminario de San Cristóbal y el Colegio de San Juan Bautista han sido el núcleo sobre el cual se fundó, más tarde la Universidad;
CONSIDERANDO:
Que los estudiantes de dichos establecimientos usaban como Distintivos insignias rojas y azules respectivamente.
SE RESUELVE:
Art. 1º.- La Bandera de la Universidad constará de dos fajas horizontales, una de color rojo y otra azul y en el centro el escudo de la Universidad.
Art.2º.- Se llevará en todas las ceremonias oficiales de la Universidad, junto con la Bandera Nacional.
POR TANTO:
La promulgo para su vigencia.
Dado en el Salón del Rectorado a los ocho días del mes de julio de mil novecientos cuarenta y cuatro

Firmado: Secretario General                                                                      Recto
r

                                                      Fig. 4 Bandera de la Universidad

HIMNO UNIVERSITARIO

No tenemos más armas en la lucha
que el estudio que enseña a vencer
ni tenemos más fe que en la ciencia
ni tenemos más ley que el saber
En la senda de la luz de la idea
de la ciencia marchemos en pos
y subamos allí donde brilla
el progreso como único sol.
 Levantemos el lábaro augusto
que señala el camino triunfal
que conduce a la meta soñada
donde reina el supremo ideal
 No tenemos más armas en la lucha
que el estudio que enseña a vencer
ni tenemos más fe que en la ciencia
ni tenemos más ley que el saber
 Persigamos el arte que es gloria
persigamos la gloria que el luz
y rasguemos las nieblas que teje
la ignorancia en su denso capuz
 ¡Adelante! la ciencia es victoria
ella lauros nos ha de ceñir
si escalamos la cima gloriosa
nuestro, nuestro será el provenir
 No tenemos más armas en la lucha
que el estudio que enseña a vencer
ni tenemos más fe que en la ciencia
ni tenemos más ley que el saber

 (Documento elaborado en 1909 con letra de Jorge S. Mendieta,
Música de Alfredo Jáuregui Rosquellas
(Archivo de la Casa de la Libertad)
 

Patrono de la Universidad San Francisco Xavier (20) 
En el año de 1624, los jesuitas visionarios decidieron fundar una Casa Superior de Estudios, en un lugar equidistante entre las ciudades de Lima al norte y Buenos Aires por el  sur.
Posiblemente su duda fue bastante grande para asignar  un nombre a la nueva  Casa de Estudios, y fijaron la mirada en el fundador de su orden religiosa: Ignacio de Loyola, allí encontraron a un clérigo, co-fundador de la compañía de Jesús, constituyendo su nombre  el adecuado: Francisco Xavier.
Francisco de Jasso Azpilcueta Atondo y Aznares de Javier,  nació el 7 de abril del año 1506, en el Reino de Navarra, donde su padre se  desempeñaba como presidente del Real Consejo de los Reyes de Navarra. En esa ciudad conoció a quien fue posteriormente  su íntimo amigo y tiempo después fundador de la orden jesuita, Ignacio de Loyola, y de esa manera tuvo origen el nacimiento de la idea de la creación de la Compañía de Jesús. Sus hermanos mayores Miguel de Javier y Juan de Azpilicueta, participaron en la guerra entre Navarra y Castilla,  su casa fue destruida por haber sido centro de las reuniones de resistencia

Fig. 5 San Francisco Xavier7 de abril 1506 (España) 3 de diciembre 1552 (China)


En 1534 Francisco Xavier, terminó   los estudios e inmediatamente se dedicó a la caridad, viajó a la  tierra prometida donde cumplió un voto de castidad. Unos años después volvió a reunirse  con Ignacio de Loyola, ambos visitaron  al Papa Paulo III, con el objeto de solicitar la autorización para la fundación de  la orden. Francisco Xavier falleció a la edad de 46 años, en China, un 3 de diciembre del año 1522.

El edificio
En los inicios, el Colegio del Apóstol Santiago de La Plata, sufrió escasez de recursos económicos, pero poco a poco, gracias a que los jesuitas supieron aprovechar las donaciones de los benefactores, compraron los solares adjuntos a la capilla y a antigua casona, ubicadas en la manzana noroeste de la plaza de armas. Casi toda la cuadra, salvo el edificio del Cabildo Secular, quedó en manos de la Compañía.
La Construcción del templo, de planta de cruz latina, fue concluido en 1617 cubierto con el alfarje mudéjar y adornado con cuatro retablos dorados, (con pinturas del pincel del célebre H. Bernardo Bitti). En la Pascua de 1620, fue consagrado al Señor Santiago Apóstol
Ese mismo año se inició la construcción de la torre para colocar el reloj de la ciudad. Posteriormente, se anexó al templo grande, una capilla cubierta de bóvedas para la Congregación, que hoy se conoce como la capilla de Loreto o de los Oidores.
Se menciona también, que la Cofradía de los indios contó para el uso de sus cofrades de una capilla “grande y capaz” con cubierta de bóveda, ubicada perpendicularmente al templo de Santiago. Se construyó a principios del siglo XVII, posteriormente, entre los años 1660 y 1662 se realizaron trabajos de refacción.
En 1630, la comunidad contó con la presencia del polifacético padre Francisco Castells, quien fue un maestro en la Arquitectura (21), inició la construcción de dos lados del patio principal, construcción que guarda armónicamente la proporción aurea, con arquerías, con columnas toscanas labradas en piedra arenisca en el primer cuerpo, en el segundo con el doble de arcos sobre un parapeto y con columnas de orden jónico.
Lastimosamente las dificultades económicas de la comunidad no permitieron la terminación del claustro hasta el año 1664.
Gracias a la munificencia de los arzobispos don Bartolomé González de Poveda y de don Juan de Queipo del Llano y Valdez se construyó un nuevo edificio destinado exclusivamente para la Universidad,(22) hoy se conoce como “Casa de la Libertad” donde se firmó el 6 de Agosto de 1825 el Acta de la Independencia de Bolivia.
La construcción, contaba, con una portada barroca ubicada hacia la Plaza de Armas. Por testimonios, se conoce que el edificio era de dos cuerpos, con columnas pareadas, más tarde y a mediados del siglo XIX fue reemplazada por una fachada de estilo académico posteriormente, a mediados del siglo XX, los primeros archivos fotográficos de Sucre, dan cuenta que se reemplazó por una fachada que recuerda la barroca original.
El resto del edificio guarda sus características originales. Por un amplio zaguán se ingresaba al claustro de una sola planta con arcadas - iguales a las del primer cuerpo del patio principal del colegio- sostenidas sobre columnas toscanas (23)
Alrededor del claustro se distribuían las aulas que en un momento albergaron las cátedras, el archivo, el museo, y la capilla que fungía como aula magna, es conocida en la actualidad, como Salón de la Independencia y conserva su antiguo esplendor decorativo, consta de una sillería tallada en cedro con policromía y ribetes dorados, dos púlpitos tallados dorados y una hermosa tribuna regia tallada y dorada donde otrora, en los actos solemnes de la Universidad, se ubicaba el Real Acuerdo de la Audiencia
El complejo del Colegio contaba con un claustro y su capilla, destinado como casa de retiros.

De los patios de distribución doméstica, han quedado pocos vestigios, debido a las edificaciones añadidas en los siglos posteriores, ya en ausencia de la Compañía.
 


Fig.6 Capilla doméstica de los jesuitas, hoy Salón Independencia Casa de la Libertad
Fuente: Publicación de la Casa de la Libertad. Sucre Bolivia


Fig.7 Coro de la Capilla Doméstica de los Jesuitas
Salón Independencia (Casa de la Libertad, Sucre) Fuente: Casa de la Libertad

Personajes ilustres en el quehacer universitario de Charcas.

Juan de Frías Herrán S.J. 
(24)
 Nacido en la localidad española de Medina del Campo. En 1563, ingresó al noviciado en su ciudad natal. En 1585 fue destinado a Lima,  en el Virreinato del Perú; completando  sus estudios,  se ordenó de sacerdote. En 1594, fue nombrado  primer Rector del Seminario de San Luis, cargo que desempeñó hasta 1600, posteriormente fue transferido  a Chile, como Rector del Colegio de Santiago.

Fig. 8 R.P. Juan Frías de Herrán S.J. (lienzo pintado por Luís Bayá) 
Paraninfo Universitario. U.M.R.P.S.F.X. (Sucre – Bolivia)


Desde 1620 y hasta 1626 fue designado Provincial y calificador de la Inquisición en el Perú. Durante el tiempo que fue Provincial, se ocupó principalmente del mantenimiento y creación de colegios. Los colegios de San Bernardo y San Francisco de Borja en el Cuzco, fueron fundados por él.
La instrucción pública fue siempre su gran preocupación. Reunió una Congregación provincial en Lima en 1624; como provincial fue trasladó al colegio en Arequipa, desempeñó las funciones Rector desde 1632, hasta 1634. Fue trasferido a Charcas. Fundó en La Plata los Colegios de Santiago (1621) y de San Juan Bautista (1623). El primero sería convertido en la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca, apoyado en el Breve In Supereminineti de Gregorio V (1621), aceptado por cédulas de Felipe V (1622), de los virreyes Francisco de Borja (1621), Fernández de Córdova (1623) y de la Real Audiencia de Charcas (1623), mediante las cuales, los colegios jesuíticos podían otorgar títulos académicos.
En 1626, el padre Juan Frías de Herrán, fue transferido a Arequipa, donde falleció en 1634. (25)

Luis de Santillán S.J.
Nació en Lima Perú en 1540. Ingresó a la Compañía de Jesús en 1599; fue destinado a Santiago de Chile como profesor de filosofía. Posteriormente transferido a la viceprovincia del Nuevo Reino de Granada en la región de Tunja en Colombia.
La viceprovincia neogranadina, separada en 1605 de la provincia del Perú por la dificultad de ser atendida desde Lima.
El padre Santillán fue elegido procurador de la congregación (1610), con el encargo de solicitar al padre general Claudio Aquaviva, que elevase al rango de la provincia.
El padre Santillán fue Rector del colegio de Santa Fe de Bogotá, entre 1612 a 1618. En respuesta a su petición al General Mucio Vitelleschi, para ser trasladado del Perú, a Potosí con el objeto de arreglar asuntos familiares, fue enviado a Chuquisaca, donde fue Rector del colegio San Juan Bautista y primer Rector de la recién fundada Universidad de San Francisco Xavier (1620 –1627)
Desempeñando el cargo de Provincial en Nueva Granada, (1627 1632) incrementó los ministerios entre negros e indios, ordenó a los estudiantes jesuitas aprender lenguas indígenas, como requisito previo a la ordenación. Acabado su mandato retornó a Lima, donde falleció el 3 de junio de 1654.


Arzobispo Cristóbal de Castilla y Zamora
Nació en la población española de Lucena, el 13 de octubre de 1615.
Realizó sus estudios en el Colegio Real de San Miguel de la Universidad de Granada, doctorándose en Derecho, se recibió de Abogado en la Cancillería de Granada. Fue nombrado Rector del Colegio Imperial y también de la misma Universidad.
En 1656 fue designado primero Fiscal, e Inquisidor del Perú. En el año 1663 desempeñó el cargo de obispo de Huamanga (Perú). Su actividad fue decisiva para la consolidación de la Diócesis. En 1677 el Rey le designó Arzobispo de La Plata, tomó posesión de ese cargo en 1679. Se preocupó por el Seminario, comprando terrenos de la Catedral para construir un nuevo edificio. 





Fig. 9 Arzobispo Cristóbal de Castilla y Zamora
Fuente: Nuestra Historia La Universidad RECTORES Sucre 2012

Se dedicó a la actividad universitaria y cultural, una de sus primeras tareas fue incorporar su título en la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca (29-VII- 1679). Fundó las tres cátedras de Vísperas, Prima de Cánones e Instituta de Leyes que significó el inicio de los estudios jurídicos en Charcas.
En un documento manifestó su última voluntad, dejó por albacea a Francisco de Zamora Montenegro, cura de Potosí, fue uno de los dos sobrinos sacerdotes que trajo en su viaje a Charcas. Falleció el 7 de diciembre de 1683, en la hacienda de Cachimayo, está enterrado en la Catedral Metropolitana de la ciudad de La Plata, hoy Sucre.

Juan José de Segovia Liendo.
Nació en Tacna el año de 1728, desde sus ocho años de edad vivió y se educó en Chuquisaca. Fue estudiante en el Colegio San Juan Bautista, cursó estudios de Filosofía y Derecho en la Universidad de San Francisco Xavier. Se recibió de abogado el 3 de junio de 1753. Fue Relator interino de la Audiencia de Charcas en el año de 1757; posteriormente, nombrado titular en 1771. (27)
Ocupo el cargo de Examinador Sinodal del Arzobispado (1764) y de Auditor de Guerra en la expedición a Mojos.
Participó activamente en tres acontecimientos históricos de trascendental importancia: las sublevaciones indígenas de 1780, la rebelión mestiza de 1785 y los hechos inmediatamente anteriores a la revolución del 25 de mayo de 1809.
La ausencia  del Tomismo Jesuítico, en las Aulas Universitarias, configuró  un modo diferente de pensar, Segovia manifestó:
El indio, si se mira como hombre, parece desdecir de la excelencia de la racionalidad la corta comprensión de su espíritu, pero al mismo tiempo se advierte en él una malicia muy adelantada con muchas prevenciones para su propia comodidad: por lo que se puede escribir que si no es el animal de Platón, es en el cuerpo, feo, en el ánimo, zorra; en el vestido, ridículo; en las costumbres, bárbaro; en la mesa, ebrio; en la hermosura, demonio; en la conversación, mudo; en los secretos infiel; en la ciencia, agorero; en la fidelidad, falaz; en la religión, supersticioso; en el matrimonio, señor; y en fin, son hombres que se mantienen de cuclillas todo el día (28)


Fig. 10 Juan José de Segovia Liendo y Manuela del Risco y Agorreta (Oleo S.XVIII)
Museo de la Casa de la Libertad

En lo académico, fue Catedrático interino en 1760 y luego en 1764 titular en la materia de Víspera de Cánones.
Contrajo nupcias con Manuela del Risco y Agorreta, el 8 de febrero de 1774 en la iglesia de Santo Domingo de la Villa de La Plata. (29)
Cuando ocurrió la sublevación general indígena (1780 – 1782) Segovia fue nombrado Coronel del batallón de abogados y de practicantes juristas de Chuquisaca, demostrando su antipatía a esos levantamientos.
Fue Rector de la Universidad de San Francisco Xavier, elegido el 10 de diciembre de 1785, posteriormente fue despojado del cargo, como consecuencia de pésimos manejos del Fiscal Real: Domingo Arnáiz de las
Revillas y del Arcediano de la Catedral Gregorio Olaso, el Virrey Marqués de Loreto dispuso la prisión de Segovia, quien fue remitido a Buenos Aires con escolta de soldados, previo embargo de sus bienes y documentos.
Luego de cumplir su prisión en la capital del Virreinato del Rio de la Plata, mediante defensa legal, recuperó su libertad, después de cinco años de ausencia, retornó a La Plata, en diciembre de 1790 fue aclamado Rector en 1791, siendo reelecto en dos oportunidades. Falleció en la ciudad de La Plata (hoy Sucre) el 7 de abril de 1809, sus restos mortales descansan en la cripta de la Iglesia de San Francisco. 
(30)

José Antonio de San Alberto. (31)
Nacido en el Fresno, provincia de Aragón el 17 de febrero de 1727. Hijo del doctor en medicina Agustín Campo e Isabel Julián, al ingresar a la orden de los carmelitas descalzos cambió el apellido paterno por San
Alberto, en honor al santo reformador de dicha orden. Ingresó al convento de San José de Zaragoza donde se doctoró en teología y leyes.
El rey Carlos III en 1778 le designo arzobispado de Córdoba llegó al virreinato del Río de La Plata el 28 de abril de 1780.

Fig.11 Obispo José Antonio de San Alberto
Su principal interés fue difundir la educación en su extensa diócesis, siendo prosector de Domingo Faustino Sarmiento.
Gracias a su fecunda labor, fue ascendido en 1785 al cargo de Arzobispo de Charcas. En 1786, ocupo el cargo de Rector de la Universidad de San Francisco Xavier.
Dentro de sus importantes aportes pedagógicos, destacó en 1797, la fundación del Oratorio de San Felipe Neri de La Plata.
Falleció en la ciudad de La Plata el 25 de marzo de 1804.
Una calle en la ciudad de Sucre y también otra en Buenos Aires llevan el nombre “Obispo José Antonio de San Alberto” en homenaje a su labor.

La Jurisprudencia
En el año de 1681 el Arzobispo Cristóbal Castilla determinó fundar en la universidad tres cátedras: dos de Cánones y una de Instituta, dotándolas con 600 pesos a la de Prima de Cánones, y a la de Víspera e Instituta con 350 pesos.
Eso fue financiado con el alquiler del Palacio Arzobispal que había hecho a su costa, y con unos locales anexos ubicados en la esquina a la plaza, propiedad de la Iglesia, y convertidos en tiendas.
El Cabildo aprobó el proyecto del Arzobispo, remitido luego a don Melchor Navarro y Rocafault, Virrey del Perú.
_____________________
(18) Abecia V. Ibídem(19) Torres N. B Nuestra historia de la Universidad Rectores (1624-2012) USFX Publicaciones, Sucre
(20)  Ledezma Pedro Hagiografía de San Francisco Xavier y Jassu. Comité Editorial UMRPSFXCH 2009
(21) El P. Francisco Castells tenía entonces alrededor de cuarenta años, ocupaba la cátedra de humanidades y se destacaba por sus múltiples talentos. Dominaba el catalán, el castellano, el portugués, el toscano, el latín, el griego, el hebreo, el quichua, el Aymara y el guaraní. Era pintor, escultor, dibujante, arquitecto, bordador, carpintero, tornero, platero y herrero. También era poeta, componía versos. Había destacado en Lima en la cátedra de Sagrada Escritura. Hizo preciosas imágenes y retablos y también relicarios. Partió más tarde a la misión de los Chiriguanos. Castells murió en Santa Cruz de la Sierra el 27 de Abril de 1644 víctima de fiebres palúdicas.
(22) Abecia Historia de Chuquisaca. Edit. Charca Sucre 1939
(23)  Publicación: “Casa de la Libertad” D.L. 3-1-402-06 Sucre febrero 2006
(24) Barnadas Josep M. Diccionario histórico de Bolivia T.I pág. 886
(25) Barnadas Josep Ibídem
(26) Barnadas Josep M. Castilla y Zamora Pbro, Cristóbal Diccionario Histórico de Bolivia Sucre 2002 pág. 472
( 27) Barnadas J. Diccionario histórico de Bolivia pág. 886 Sucre

(28) Loayza V.J. Segovia J.J., La universidad de Charcas. Pág. 12; Imprenta Universitaria Sucre 1998
(29) Gantier Valda Joaquín “Juan José de Segovia” Imprenta Qori Llama Sucre, 1989
(30) Loayza V.J. La Universidad de Charcas Sucre 1998 pág. 6
(31) San Alberto, J. A. (1786) Colección de Instrucciones Pastorales. Madrid: Imprenta Real. 2 v.


CAPITULO 4
 EL CAMBIO DE DINASTÍA

El cambio de dinastía en España a principios del siglo XVIII determino también un cambio en la política de la corona, fue orientado hacia un régimen absolutista y centralizado. El absolutismo surgió en el ambiente protestante, luego asumido en Francia por Luis XIV y traspasado a España con los reyes Borbones, rodeaba a la autoridad de los reyes de una áurea sacra, la cual traspasaba toda soberanía civil o autoridad suprema de la esfera, y consideraba a la monarquía como la única forma perfecta y legítima de gobierno. En  esa figura el Rey que se arrogaba poderes absolutos  incuestionables por sus súbditos, rompió en el mundo hispánico el vínculo con la tradición escolástica que daba al pueblo un rol central en la participación política. (32)
Carlos III, rodeado de ministros y cortesanos fervientes cultores de la ilustración (algunos manifiestamente antirreligiosos), el absolutismo regio adquirió la impronta y el carácter que éstos le marcaron en las reformas que se hicieron para modernizar la monarquía. No es un secreto que entonces se veía a la Compañía de Jesús y su influencia en todos los estamentos sociales, como un freno a sus iniciativas de cambio.
Sin expresar la causa verdadera, simplemente propias de un espíritu despótico “movido por razones de gran peso, en la conciencia y en la obligación de mantener la obediencia, la paz y la justicia en su pueblo y por muchas razones, justa y exigentes que él guardaba en su real pecho” (31) Carlos III expulsó de todos sus dominios a los miembros de la Compañía de Jesús.

Los expulsos de La Plata
Obedeciendo la pragmática sanción de su Majestad el Presidente de la Audiencia de Charcas Victorino Martínez de Tineo, a las cinco de la mañana del 18 de Agosto de 1767, procedió a aplicar las órdenes hasta entonces mantenidas en el más absoluto secreto. Los padres y hermanos de ambos colegios fueron arrestados en la casa de ejercicios del Colegio Grande. La partida de los jesuitas de los colegios de Chuquisaca fue prevista para el día siguiente con el  arresto a las cinco de la mañana. Como no se tenía previsión de alimentos  para el viaje, tomando en cuenta la cantidad de los expulsos y los soldados que los custodiarían, las autoridades tomaron  y embargaron las acémilas y los comestibles de los
pobres viajeros que tuvieron la mala suerte de ingresar a la ciudad ese mismo día.
En la ciudad, el Rector del Colegio de San Juan  Bautista y el Procurador del Colegio de Santiago, quedaron arrestados en un convento, mientras terminaban de entregar inventarios y papeles.

A pesar de las órdenes que prohibían bajo severos castigos a los habitantes de La Plata salir a las puertas o ventanas, las personas acudieron a los balcones de las casas para despedir a los padres entre gritos y lágrimas. Mayor fue el “tropel” del pueblo que los siguió por las calles. Ante la consternación expresada al principio en suspiros, luego en lágrima y con alaridos, el tumulto popular estallo en un motín.
Fig. 12 Cédula Real de 27 de febrero de 1767, firmada por el Rey Carlos III 
Archivos ABNB Sucre
El comandante de caballería tuvo que  aplicar  la violencia sin consideración de sexo o edad, dando golpes de alfanje y espadas. El cortejo que conducía a los padres como reos, a pesar de la agitación no se detuvo en su marcha. Seis millas duró la inquietud y el griterío, hasta que el pueblo cansado del polvo y de las hostilidades de los soldados se despidió de los padres. (33; 34)
Después de la trágica despedida por parte de la población de La Plata, los jesuitas tuvieron que padecer el viaje que los llevó a Oruro como víctimas del exceso de celo, o mejor dicho del resentimiento, de su conductor.
Los soldados de la escolta ante la necesidad iban desertando, poco a poco durante la noche, no sin robar antes las mínimas pertenecías de los conducidos.

La mayor parte de viaje lo realizaron por lugares despoblados, sin consideración a los padres ancianos, pernoctaron al raso, precisamente en los días propios de la estación invernal. (35)

Cuando llegaron a Oruro, el Corregidor de la Villa, Juan Leonardo se enteró del comportamiento inhumano del conductor, ordenó sobre él un castigo y trató de brindar un trato humano a los jesuitas, alojándolos en el convento de Santo Domingo. 
De Oruro continuaron el viaje a Tacna, donde tenían que esperar la embarcación que los conduciría al puerto del Callao.
En Tacna, se encontraron 70 jesuitas, casi todos miembros de las casas del distrito de Charcas. La espera duró alrededor de dos meses y medio donde por última vez, recibieron un buen tratamiento de las autoridades. Al llegar a Lima conocieron un trato radical. El Virrey prohibió la comunicación entre los jesuitas que llegaron de Charcas con los arrestados de Lima. Estos partieron en el barco llamado El Peruano, el mismo día en que llegaron a puerto los del La Sagrada Familia, los cuales partieron hacia Lima en las mismas calesas que horas antes transportaron a los primeros. 
Los jesuitas que llegaron del resto de los Colegios de la Provincia, fueron depositados en la Casa Profesa de la Compañía. 
Allí el hacinamiento y la incomodidad hicieron que se viva en condiciones muy difíciles. La guardia de estrictos centinelas impidió toda comunicación con el exterior, donde familiares de los jesuitas trataron de saber algo de ellos.
El mismo Virrey, que se esmeró en difamar a los jesuitas por una parte, por otra aseguraba a los familiares y vecinos notables de Lima que los arrestados estaban atendidos espléndidamente, hacía las veces de vigilante y organizó desfiles espectaculares por la ciudad para publicar el decreto de Expulsión. 
Sin embargo, las familias y otras personas amigas se dieron modos de hacer llegar provisiones y socorros para los detenidos.

El día 12 de Marzo de 1768 embarcaron a 162 expulsos en el destartalado navío Santa Bárbara con capacidad sólo para  60 pasajeros, manejado por una indisciplinada tripulación, con insuficientes provisiones y reservas de agua.
En los seis meses que duró el viaje a través de la ruta del sur, por el Cabo de Hornos, el trato a los padres fue soez y hasta cruel con los  enfermos y ancianos.
Al pasar por Valparaíso el olor de la nave ya era irrespirable y los  alimentos estaban  putrefactos.
Una vez que cruzaron el Cabo de Hornos no dejaron de padecer tempestades y estuvieron a punto de naufragar. El 29 de agosto arribaron a Cádiz, el hermano Juan Santiago de los Ríos, del Colegio de Chuquisaca, murió de hambre y debilidad, Fueron arrestados en el Puerto de Santa María, donde fallecieron el Hermano José Ignacio Pajares del Colegio de Cochabamba y el padre Juan Andrés Leoncini del Colegio de Potosí.
En esa  ciudad puerto los jesuitas del Perú fueron repartidos como prisioneros en distintos conventos, tuvieron que esperar  hasta el 12 de Marzo de 1769, para embarcarse  en una urca sueca rumbo al puerto Especie y ahí terminar su exilio en el Ducado de Ferrara.
Cuando llegaron a Cádiz, corrió la noticia del que el Rey concedería la gracia de volverlos a América  a los nacidos en el continente y firmen sus dimisorias como miembros de la Compañía de Jesús y con el apoyo real lograrían  ante la Santa Sede la anulación  de sus votos. No fue verdad, esto provocó un cisma doloroso en el grupo de religiosos que hasta entonces se había mantenido unido en su infortunio.
A partir de la expulsión, la Universidad padeció un verdadero trauma institucional que afecto a la vida intelectual de toda la sociedad. Hasta entonces se había gobernado con la autoridad exclusiva de la Compañía de Jesús que procuraba su gestión académica y gestionaba su propio sostenimiento económico.
Desaparecidos los padres jesuitas y secuestrados todos sus bienes, entraron en pugna el  arzobispo en su  condición  del Canciller de la Universidad y la Audiencia en cuanto que  tenía la autoridad delegada del Patronato Real.
La Universidad pasó a depender del Arzobispo don Miguel de Argandoña Pastén y Salazar,  también del Cabildo Metropolitano. (36)
La Presión de las autoridades civiles pregonaba que se aplique la consigna de la Monarquía de erradicar en todas las instituciones los resabios de “jesuitismo”, calificándolo de laxista.
Así, al obsecuente Arcediano de la Catedral y Rector de la  Universidad (1784-1785)  don Gregorio Olaso se atribuía ante Carlos III el mérito de haber arrancado todo rastro de enseñanza jesuítica. Sin embargo era
evidente que, sea por fidelidad o sea inercia, el modo, la forma y el fundamento se mantenían dentro del cuño de la Compañía.
Durante mucho,  tiempo el esquema escolástico tomista y suarista de San Francisco Javier, perduró a pesar de las reformas. Las evidencias mostraron que fueron vanos los empeños reformadores. A principios del siglo XIX en La Plata aún quedaba toda una generación de  intelectuales ejerciendo su enseñanza y su práctica  forense. Además, las obras de Suárez, junto con las de Santo Tomás, se encontraban en todas las bibliotecas de oidores, eclesiásticos, abogados, catedráticos y otros personajes letrados de fines del siglo XVIII y Principios del Siglo XIX.
Estas mismas bibliotecas se fueron enriqueciendo con libros del pensamiento ilustrado enciclopedista, tanto español como francés, que fueron inyectando nuevos conceptos de ideología liberal de lo que significa patria, libertad, igualdad, fraternidad, y la democracia.
Es así que en los escritos, cartas, manifiestos y otras fuentes documentales, directas o indirectas, de los primeros tiempos de la insurgencia independentista muestran la elaboración de pensamiento filosófico político, basado inequívocamente en las  fuentes suaristas donde se cuestionaron  los dogmas que imponía el absolutismo monárquico.(37)
Esa producción se argumentó en base a la  necesidad y el derecho de que los habitantes de estos territorios puedan acceder a conducir autonómicamente  o, si se quiere ir más radicalmente, conducir sus propios destinos por medio de su propio gobierno.
 ___________
32 Salrach Josep M. La crisis y el cambio de dinastía ver:  http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/6269.htm
33 Querejazu Calvo R. Historia de Chuquisaca Ibídem pág. 198
34 Baptista M. Javier Expulsión de los Jesuitas http://javierbaptista.blogspot.com/2008/02/la-expulsin-de-los-jesuitas.html
35 M de la Paz González Rodríguez. La Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca (Alto Perú) Bibliografía crítica y estado de cuestión publicado en http://dspace.uah.es/dspace/bitstream/handle/10017/5866/La%20Universidad% 36 Damos una idea general de la expulsión de los jesuitas, con lo que concluyo la primera etapa y la más floreciente de la instrucción pública de Charcas citado en http://200.87.17.235/bvic/Captura/upload/UniXavi7.pdf
37 
M de la Paz González Rodríguez  Ibídem



CAPITULO 5

LA REAL ACADEMIA CAROLINA


Con la expulsión de los jesuitas (1767), todas las instituciones que fueron regentadas por ellos, se vieron afectadas por su ausencia, la Universidad de San Francisco Xavier pasó a depender de las autoridades civiles y el Arzobispo comenzó a actuar como Canciller de la Universidad.
Mientras en La Plata se mantenían por inercia los moldes tradicionales establecidos por la orden religiosa, en Europa las ideas de la Ilustración  influyeron sobre el desarrollo de una nueva visión del estudio del Derecho, alejándolo del paradigma escolástico tradicional y alentando una nueva perspectiva, más acorde con las problemáticas planteadas por las cuestiones legales vigentes en Europa. 
(36)
Un personaje influenciado por estas nuevas tendencias del derecho en Europa, fue don Ramón de Rivera y Peña, quien egresó de una escuela jesuítica existente en La Coruña (España). Este fue un hombre de gran experiencia en el campo jurídico y educativo. En 1776 emigró a La Plata y ese año fundó la Academia Carolina, en honor al rey Carlos III, con el objetivo de formar abogados de excelencia. La nueva institución comenzó a funcionar dentro de la Universidad de San Francisco Xavier, aunque dependiendo de la Audiencia en cuestiones importantes como la designación de los profesores y la elección del Presidente de la Academia, que debía ser siempre un oidor. 
(36)

Fig.13 Escudo de la Academia Carolina
Fuente: Publicación U.M.R.P.S.F.X.CH. Sucre 2007
 Un paso importante en la consolidación total de España en América fue el conjunto de reformas borbónicas, principalmente ejecutadas durante el reinado de Carlos III.
Como parte de estas reformas de interés para Charcas, fue creado el Virreinato del Río de La Plata aprobada en febrero de 1776, el funcionamiento en la Villa de la Plata de  la Real Academia Carolina.
 Su primer Ministro Director y Juez Conservador fue el doctor Joseph de Castilla y su Presidente el doctor Alejandro Pinto, ambos venidos de España.
Naturalmente, entre los integrantes de la Academia estuvo la principal autoridad política de Charcas: el Presidente de la Audiencia, don Ambrosio Benavidez; junto a él, la máxima autoridad eclesiástica, el Cancelario de la Universidad  Fray Antonio José de San Alberto.
El cuerpo de practicantes y funcionarios juristas empezó a funcionar en 1776, puede considerarse como el fórum del Estado Alto peruano.
Su local funcionó en la planta baja del Palacio Arzobispal, hoy Palacio de Gobierno, contiguo a la Iglesia Catedral.
La Academia, paralela a la Universidad de San Francisco Xavier, inició sus actividades el año 1776, fue definitivamente aprobada por Cédula del 28 de agosto de 1780. La enseñanza era práctica, aunque todavía sobrevivían los estudios  teóricos. (39)
El postulante debía demostrar «su pureza de sangre», aunque con el transcurrir de los años, la institución se tornó más permisiva, admitiendo a mestizos e incluso a miembros de la nobleza indígena. El prestigio de la academia atrajo estudiantes de todo el Alto Perú y de regiones distantes como Buenos Aires y Arequipa, lo que le otorgó un carácter variopinto y cosmopolita.
La creación de la Real Academia le sirvió a la Corona para mediar y regular la vida académica de los futuros abogados, así como para reafirmar el poder y la figura del rey que se realizaba desde el mismo ingreso de los estudiantes.
Según Joaquín Loayza Valda la admisión a la Academia se realizó a través del juramento Justicia servanda at que fidelitate (La justicia debe ser conservada como la fidelidad), consistente en cuatro preguntas que debían ser afirmativamente respondidas:¿Prometéis por esta señal de Cruz defender la Inmaculada Concepción de María Santísima?
 ¿Prometéis defender la sanción XV del Concilio Constantiense en que se proscribe el regicidio y tiranicidio?
¿Prometéis obedecer a tus superiores In Rebus Licitus et Hosnestis?
 ¿Prometéis aprobar al digno y reprobar al indigno siempre que os toque voto?
 
(40)
 El texto del juramento expresaba la afirmación, resolución de discusiones y debates políticos que la Corona española mantuvo con los miembros de la Compañía de Jesús.
 Los jesuitas fueron considerados los enemigos intelectuales y políticos de la autoridad regia, ya que habían sostenido que ante el avasallamiento de derechos, el quiebre del pacto y de prácticas tiránicas, se constituía como legítimo derecho el ajusticiar al soberano (tiranicidio).
No por casualidad, el juramento comprometió a la proscripción del regicidio, es decir, al asesinato del monarca o al intento de conspirar e intrigar para asesinarlo.
El juramento rezaba que debía ser mantenida la Justicia como la Fidelidad.
Esto significaba que los abogados debían ejercer una fórmula que exigía la conservación de la justicia como acto demostrativo de la fidelidad al monarca. Los abogados eran llamados a obrar en un equilibrio entre dos cosas que debían mantener: justicia y fidelidad.
Entonces, conservar la Justicia pero también la Fidelidad, podría suponer dos cosas, o que había algo en dicho discurso que contrariaba a los propios términos, develando los problemas políticos que abrían las reformas borbónicas, ya que a veces, justicia y realismo político se enfrentaban mutuamente, o bien, era la misma fórmula política que intentaban construir los borbones, con el propósito de amalgamar amor al rey y amor a su justicia.
Una decisión importante para la vida de la Academia fue la designación de Victorián de Villava, como Fiscal de la Audiencia de Charcas y Protector Natural de Indios (1790), se mantuvo por cinco años, posteriormente  en 1795, fue designado director de la Academia Real Carolina. Este personaje introdujo en 1784 las Lecciones de comercio o bien de Economía civil de Antonio Genovesi -a las que añadió un discurso preliminar y un apéndice con sus propias opiniones-, e intervino como Fiscal, en la problemática y en el debate de su época. De alguna forma esto politizó la intervención de la Academia y de la propia Universidad en la discusión jurídica y política.
En contraste, la academia se impuso como la única institución de importancia en el virreinato del Río de La Plata, se constituyó en lo que un autor denomina una «escuela de dirigentes para la independencia».(41)
Adherida, parcialmente, a la ideología de la ilustración, sus egresados participaron en los movimientos independentistas en Bolivia, Argentina y Chile. Resultado de una institución que se constituyó como “una esfera política pública, espacio de discusión donde un público, de tipo elitista, deliberaba racionalmente sobre cuestiones del mundo”. (39)
  
_____________
39 Mendoza Pizarro Javier Academia Carolina Rev. Cien Cult  n.22-23 La Paz  2009 
40 Loayza Valda Joaquín. (1998): La Universidad de Charcas. Sucre. USFXC, p.1 1
41
 Francovich, Guillermo“Pensamiento Universitario de Charcas”, 1948.


CAPITULO 6
 
 LA UNIVERSIDAD DE CHARCAS EN LA JORNADA DE MAYO 1809

Introducción
La mayor gloria de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca, durante el proceso de la gesta de la Revolución de mayo es haber sido no solamente un foco de cultura, que durante la época colonial difundió desde sus aulas el saber filosófico y jurídico, sino en haber constituido a principios del siglo XIX, un centro de conciencia americana, una fuerza renovadora que contribuyó a la estructuración política y social de otros pueblos del continente.(42)  
Si comparamos a la Universidad de Charcas con otras instituciones educativas de América, entenderemos que su rol fue decisivo en la iniciación de la primera gesta libertaria americana.
Al respecto, conviene manifestar,  que mientras la Universidad de Lima hacía manifestaciones de aversión a la idea independentista, la de Córdoba estaba sumida en el pleito entre clérigos y franciscanos para controlarla, debido a la vacancia originada por la expulsión de los jesuitas, la Universidad de La Plata ardía como una fragua del saber y de las inquietudes políticas.
Para la aplicación  de esas acciones, en los años previos un grupo de jóvenes revolucionarios, fermentaron  sus ideas y acciones, en el laboratorio político e ideológico denominado Academia Carolina. Según diversos historiadores que recogieron esas experiencias políticas, todos coinciden en que este foro fue el verdadero forjador de líderes y caudillos que dirigieron la asonada revolucionaria del 25 de mayo de 1809, en La Plata, Chuquisaca; y quienes posteriormente llevaron la lumbre idealista a la ciudad de La Paz, replicando sus acciones en la revolución del 16 de julio de 1809.
Por tal razón, la Universidad de Charcas influyó en la mentalidad y germinación de las ideas democráticas que dieron origen a  la independencia de las colonias españolas. En sus claustros se formaron los espíritus ponderados y equilibrados para la creación de las jóvenes repúblicas americanas.
La ciudad de Chuquisaca era pequeña durante la colonia, apenas tenía unos 18 mil habitantes, la Universidad tenía en ella un lugar excepcional, y su actividad se desbordaba de los claustros, se derramaba sobre todas las clases sociales, quienes vivían  de las inquietudes agitadas por los estudiantes.
Por lo menos 70 doctores y 600 estudiantes, criollos en su mayoría, unos 500 venidos de otros lugares del virreinato, moraban en Chuquisaca, y permanecían en contacto directo con todos, incluyendo a  los mestizos urbanos. Solo así se explica que un cholo chuquisaqueño, analfabeto, tuviera la calidad y el arrojo para opinar acerca de los intereses del bien común. (43)
Lucha intelectual y guerra fría.
Antes de la iniciación de la lucha armada del 25 de mayo, se intensificó la lucha intelectual, se venció la resistencia monárquica con los principios filosóficos y políticos, implantando una guerra fría, con proclamas ardientes y sedientas de emancipación.
Frente a la fuerza del poder colonial,  se enardeció el “fervor intelectual y el calor político”. (43)
Los hombres en 1809, mantuvieron una  lucha filosófica y política con un realismo maquiavélico: astucia, engaño, halago, crueldad, violencia y mentira, como instrumentos de acción social y recursos necesarios  para el manejo de los hombres.
Los preparativos de los sucesos del 25 de mayo de 1809 tuvieron una larga trayectoria. La labor de los agitadores y revoltosos doctores de Chuquisaca inició su accionar  en 1808 que  culminó con un dramático efecto en 1825.
La preparación de la agitación revolucionaria, se efectuaba en reuniones o juntas cívicas clandestinas, y en casas no sospechosas.
En ellas se impartían consignas para mantener el espíritu subversivo de la población colonial. Los fogosos y satíricos manuscritos se elaboraron y circulaban entre el público como moneda corrienteLos escritores fueron clandestinos editores de los manuscritos anónimos y subversivos, fijados en las paredes o que circularon de mano en mano secretamente; la liberación -como dice Gabriel René Moreno “era una institución pública”. Estos pasquines -dice don Jorge Delgadillo-, eran tan alarmantes que figuran en los sucesos de entonces, y permite hoy tener un juicio exacto de la tendencia y verdadera significación de todo lo ocurrido.(43) 
En un documento de la Real Audiencia citado por De Gori (44) podemos leer al respecto lo siguiente:
“Sentencia, Mueran:  Ussoz, Pizarro y la Chapetonada”.
“Los oidores, manejaban muy bien la astucia y la picardía. Sabían que las paredes oyen: y por ello, en una de esas “ Juntas” en la casa de Ignacio Cuellar, pudo percibir – el vecino Cura Barrón – “que se trató de vengar la injuria que el señor Usos había inferido al Claustro haciendo quitar en una función pública del entierro del señor Oydor honorario Don Juan José Segovia el cojín que por costumbre se ponía al rector de la Universidad y resolvieron en ella ahorcar a dicho señor Usos que noticiosos éste de ello y de que en seguido pasaría a cuchillo a los chapetones, llamó al Escribano de   Cámara Don Ángel Mariano Toro”, “y como le notificase sobre ser cierta dicha conspiración contra su persona”,“trataron ambos el dirigir este procedimiento contra el señor Presidente – Pizarro – de quien recelaban los prendiese que esta resolución no le fue tan oculta de su excelencia y la tuvo de executar el arresto de dicho señor Usos, Fiscal, Zudáñez, y Anívarro con anticipación la que se frustró porque ya tenían tomadas sus medidas– los Oidores – para ejecutarla con su Excelencia como sucedió en dicha noche del veinte y cinco de Mayo; así declara Don Jacobo Pope”.    (44) 
El declarante Don Miguel Tezanos Pinto, refiere que
“era notorio y vio que los señores ministros concurrían a la casa del señor La Iglesia en la Sala Capitular y en la del señor Ussos sin distinción de hora y sin el traje propio del decoro del Tribunal”; también afirma “que en el momento que dio principio al tumulto en dicha noche del 25 de mayo fue buscado en su casa de orden del propio Tribunal, y como no fuese encontrado en ella le solicitaron en la de Villodas de la que salió expresando ser ya preciso intervenir en ella sin poder excusarse”. Además, “oyó decir que antes del veinte y cinco de mayo tenían en su casa los Zudáñez ochenta cholos y Gualaychos que es la peor gente armados”.(44)
 “Dos noches precedentes a la del 25 de mayo”, se celebraron  acuerdos y se dispusieron patrullas encabezada por los hermanos Zudáñez, Bernardo Monteagudo, Ussos y Juan Manuel Lemoyne, los demás regidores y vecinos, asistiendo los ministros sin el respetuoso traje,  que era de rigor.  
Que estas rondas sólo tenían el objeto de espiar al excelentísimo señor Presidente por los Recelo que tenían de que este quería hacer varias prisiones y evitar estas”. 
En estas circunstancias, la noche del 25, “ya estaban apostados en la Alameda, Quebradas o Guaycos de los caminos de Guata, Tucsupaya y Recoleta (…) los indios y moradores del Partido de Yamparáez”, con la presencia de  don Juan Antonio Álvarez Arenales, don Manuel Molina, escribe al autor de La Guerra de los Quince Años y le expresa que las acciones de Reconquista y Victoria en Buenos Aires contra los ingleses “dejaron prisionero a Barresfort que escapó con don Aniceto Padilla (cochabambino) dejando ya, una pequeña asociación establecida e iniciada para defender el interés por la independencia: entre los socios habían, según un acuerdo, un Escalera (también cochabambino), el Dr. Bieytes, el Dr. Medrano y unos cuantos vecinos de Buenos Aires, que vivían cerca del retiro, y con quienes se tenía correspondencia bajo los nombres del Tiburcio Parra y Tiburcio Viñas, tomados Adlimitum, y un hermano mío -le dice- Francisco Molina, venido de Buenos Aires, iniciado, y que estableció un pequeñísimo círculo -en Chuquisaca-, cuya reunión se hacía en casa del doctor Benito Alzérreca (casa situada en la plaza mayor, donde en 1825, vivía Don Jorge Delgadillo). A este pequeñísimo círculo
-dice Don Manuel Molina- “vinieron a iniciarse de La Paz, los señores Lanza y Sagárnaga, antiguos y conocidos patriotas”.
La guerra fría comienza a convertirse en caliente, pues, según refiere el Guardián de San Francisco, inicia la ofensiva “el cuerpo de Abogados”, observando “las órdenes del señor Virrey y del Presidente Pizarro que se propusieron contradecirla por odio a ellos”. Como el alegato es patrimonio de los protegidos de San Ibo, los abogados iniciaron su chicana “pidiendo -al Cabildo- se les eximiese [de ciertas imposiciones] por privilegios y ocupaciones de su oficio”. “El Presidente tuvo de este libelo, del estudio donde se forjó y del abogado que recogía firmas”. “Con éste, y aún con copia del escrito, según dicen, produjo información para el esclarecimiento y con él se quejó donde tuvo por conveniente”.
Llega el mes de febrero de 1809, “el mismo Aníbarro hallándose de Rejidor electivo a pretexto de pedir testimonio de las actuaciones del año pasado para cubrir su conducta ante el Rey, renovó las gestiones sobre el Seminario. A principios de Marzo comenzó el Cabildo a tratar sobre esta bien premeditada presentación que en todo el mes no se pudo acordar sin embargo de ser muchas las sesiones que para el efecto práctico, que por tan largas cuanto extemporáneas fueron odiosas y escandalosas para todos los juicios que atildaban la conducta del Cabildo, pero muy celebradas para todos los que fomentaban desunión del Cabildo”.Encendida así la mecha del explosivo, en el Cabildo, pronto estallará la dinamita, en la Real Audiencia, con la calumnia -así calificada por el Guardián del Convento de San Francisco Fray Marcos Benavente- a la segunda saeta del traidor que vino con abonar los premonitores de la sublevación “en la semana santa”.
Más específicamente, el Señor Guardián lo expresa así:
…se procuraba fomentar -en el Ayuntamiento- con el mayor estudio
la detestable calumnia de que por traición se quería entregar esta
ciudad -de los Charcas- a la Señora Princesa del Brasil y que para
libertarse del Jefe –Pizarro- y el prelado Moxó -de los fieles vasallos
que se lo podían impedir trataban de desterrarlos enviándolos- a los
cabildantes -a Buenos Aires con la sumaria que aseguraban que estaba recibiendo el Jefe, para embarazarla y estorbar sus intentos, resolvió el cabildo ponerse bajo la protección de la Real Audiencia exponiendo los hechos que le hacían temer.
El movimiento de La Plata constituyó el primer levantamiento independentista, no sólo del Alto Perú sino de la América Hispana y una verdadera revolución por sus variables historiográficas”.(45)
Muchos historiadores han dedicado sus investigaciones a este acontecimiento: Gabriel René Moreno, Valentín Abecia Ayllón, Luis Alberto Sánchez, Guillermo Francovich, Roberto Querejazu Calvo, Alcides Arguedas, Jaime Gunnar y Javier Mendoza, Augusto Guzmán y Hugo Poppe.
Particularmente el historiador jesuita español Estanislao Just Lleo manifiesta: “La revolución de Charcas tiene una duración mayor que la que pudiera suponer los sucesos de la noche del 25 de mayo de 1809. Si tan sólo nos fijásemos en éstos, prescindiendo de cuanto supone la formalidad del movimiento, nuestra visión de los hechos sería inexacta. El nuevo gobierno que surge en la madrugada del día 26, con toda su acción revolucionaria, se extiende hasta la llegada del presidente Nieto -25 de diciembre de ese mismo año- con la que nuevamente se vuelve a imponer el régimen anterior”. (45).
Por su parte, el historiador argentino, Vicente Oswaldo Cutolo, al referirse al mismo tema expresa:
La Revolución de Chuquisaca del 25 de Mayo de 1809, fue la primera manifestación efectiva y social del espíritu de libertad en América española…”. Y, luego continua: “No es extraño que el primero, el de Chuquisaca, haya estallado en el seno de una sociedad culta dotada de  un prestigioso centro de importancia como fue la Universidad de San Francisco Xavier”. (46)

______________________
42 Francovich, Guillermo“Pensamiento Universitario de Charcas”, 1948.
43 Cutolo Vicente Oswaldo “Coloquio de Historiadores Iberoamericanos” Fundación Cultural “La Plata” Segunda Edición Imprenta Tupac Katari Sucre Bolivia 2006 

44 De Gori, Esteban. “La Universidad de Charcas Teoría y Acción Política” en Revista Historia de la Educación Latinoamericana No 14, Tunja, Universidad   Pedagógica y Tecnológica de Colombia.
 
45 Just LLaó Estanislao. Comienzo de la Independencia en el Alto Perú, Los sucesos de Chuquisaca 1809 Sucre 1994  
46 Cutolo Vicente Oswaldo: Importancia Continental de la Insurrección del 25 de Mayo de 1809 Fundación cultural La Plata, Sucre, 1999
.



CAPITULO 7

 DE CHARCAS A TODA AMÉRICA

José Luis Roca, haciendo referencia al pensamiento universitario de Charcas manifiesto:
 
La ideología que formó en Charcas a través de sus famosos juristas, traspasó como es bien sabido, las fronteras de Bolivia e influyó de manera decisiva en los virreinatos peruano y platense, y aún en el neogranadino. A este último -a la ciudad de Quito- llegó Manuel Rodríguez de Quiroga quien iluminó y condujo intelectualmente el pronunciamiento patriótico de aquella ciudad (pagando con la vida su osadía” . (47)

Jaime Zudáñez, tuvo una  actuación decisiva en La Plata, llevó sus ideas, y su pasión republicana a Chile, cuya revolución orientó en base a su “Catecismo político cristiano”, fue el redactor principal de la primera Constitución de Chile
También participo  en  la Argentina, donde actuó con brillo en sus congresos constituyentes, finalmente  en Montevideo, figuró entre los diputados de la nueva República Oriental del Uruguay.
Mariano Moreno, el joven radical rioplatense fue el cerebro de la revolución de mayo en Buenos Aires. Mariano Alejo Álvarez sacudió la Audiencia de Lima con las ideas traídas de Charcas.
Por otro lado, historiadores de Argentina, Chile, Uruguay, Perú y Ecuador,al analizar este tema expresaron que la idea trascendente de este movimiento revolucionario, fue haber enviado emisarios a diferentes lugares, todos ellos compenetrados con las ideas de Charcas, dispuestos a preparar a la gente para promover otros levantamientos.
Bernardo Monteagudo fue a Potosí; Benito Alcérreca y Pulido a Cochabamba; Manuel Arce a Oruro; Juan Manuel Lemoine a Santa Cruz; y el más radical de todos, Mariano Michel, junto al cura de Sica Sica, llegaron a La Paz y prepararon el futuro levantamiento.  
EL MOVIMIENTO UNIVERSITARIO DE 1928
El Movimiento de Córdoba, que se inició en junio de 1918, fue la primera confrontación entre una sociedad que comenzaba a experimentar cambios en su composición interna y una Universidad enquistada en esquemas obsoletos.
"Se trataba, apunta Hanns-Albert Steger, de redefinir la relación entre la sociedad y la Universidad bajo la presión del surgimiento incipiente de sociedades nacionales, dentro de estructuras estatales que ya estaban dadas jurídicamente"(48)
El sector más avanzado del movimiento universitario, no se limitó solamente a una reforma, sino que involucró a toda la enseñanza pública, considerando a ésta como unidad. 
Lo  culminante de este movimiento ocurrió en la primera convención de estudiantes en agosto de 1928, la cual no se limitó a proponer soluciones al problema estrictamente universitario, sino que se refirió a la educación en su aspecto integral. Así, en su programa de principios, la Convención planteaba:
Desde un punto de vista jurídico:
Toda la educación debería ser entregada a la Universidad, erigida en organismo autonómico, constituida como poder especial del Estado; poder que nacería por elección de los maestros y  universitarios que son los ciudadanos más interesados en su perfecta constitución”.
Desde un punto de vista pedagógico:
“La educación debe propender a la formación integral de la personalidad, es decir, al armónico desarrollo de las facultades físicas, intelectuales y morales. La escuela integral debe preparar a todos los educandos en el trabajo manual e intelectual simultáneos…la escuela nueva debe tratar de reflejar lo que será la comunidad de trabajadores útiles de iguales de la sociedad futura”. (44)
 
El mensaje del Manifiesto pretendió llegar más allá de la realidad local, ya que esa situación de desigualdad se vislumbró en toda América, con distintos matices regionales y que reclamaban cambios sociales profundos y urgentes, por eso observamos la incitación a “compañeros de toda América”.  
Se trataba entonces de destinatarios con características estructurales, de sectores que se mantienen en cierto modo “indiferentes”, pero necesitados de revertir el difícil presente y no sabiendo cómo enfrentarlos.
Y quien mejor, para iniciar esta nueva realidad política que “la juventud que vive siempre en trance de heroísmo,…desinteresada y pura,…que no ha tenido tiempo aún de contaminarse (49)
Los cambios que generó la reforma fueron muy significativos, porque replantearon de otro modo la vida universitaria, tuvieron un efecto positivo:
•   La Modernización de la enseñanza: relacionada con una nueva concepción de lo que debe ser la enseñanza, de lo que debe ser la docencia y de lo que debe ser la universidad. Con la reforma universitaria, se cambia el modo de enseñanza dogmática, autoritaria y conservadora.
•   La participación de los estudiantes en el gobierno universitario.
•   El antiimperialismo y la unidad de los pueblos latinoamericanos.
•   Que las universidades sean autónomas.
•   Que el ingreso sea irrestricto.
•   Que los docentes accedan a sus cargos por concurso público y por un período establecido.
•   Que se reconozcan los centros de estudiantes elegidos    democráticamente.
•   Cogobierno de docentes estudiantes y graduados.
•   Régimen democrático de gobierno.
•   Protección a la comunidad académica frente a las intromisiones del Estado y sus organismos burocráticos o represivos, pero supone asimismo cierto grado de independencia ante las presiones ejercidas por la sociedad civil y los grupos de poder. (45) 
Los estudiantes cordobeses tuvieron la iniciativa y pronto encendieron la llama de la Reforma Universitaria, la que no tardo en extenderse a otras universidades del continente.
Con la bandera de la Reforma se organizó el movimiento estudiantil sud americano, con él nació el programa de la participación estudiantil en el co-gobierno de las universidades, introduciéndose los tres principios clásicos: autonomía, docencia libre y extensión universitaria.
No obstante, el movimiento reformista fue mucho más que un simple episodio estudiantil, pues desde el comienzo tuvo como acción propulsora el ímpetu de todos los actores sociales en un ambiente general determinado por el contexto histórico del momento.
Sin embargo, como ha sucedido  frecuente en estos casos,  desde el inicio de la vida republicana, se presentó en el seno  de la universidad, el problema de la autonomía, el cual posteriormente se estableció como  un principio, a partir del Manifiesto de Córdoba de 1918. Este documento inspiró la autonomía universitaria y la convirtió en doctrina legislada, con respecto a los poderes públicos de las naciones latinoamericanas.  
En Bolivia, en el año 1930, un Decreto Ley puso  en vigencia el “Estatuto de la Educación Pública”, estableciendo  la Autonomía Universitaria, con tal motivo, fue creado el Consejo Supremo Universitario, cuya sede fue la Universidad de San Francisco Xavier, presidido por  su Rector.
La contradicción entre los poderes del Estado y la universidad se originó por la injerencia gubernamental, a la cual estuvieron sujetas las instituciones.(50) 
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA 
Cuando se inició  la vida republicana, Bolivia disponía  de una  sola universidad, la  de Chuquisaca, fundada en l624. Posteriormente se fundaron la Universidad Mayor de San Andrés, el 25 de octubre de 1830 y la Universidad Mayor de San Simón el 5 de noviembre de 1832.
Estas  tres tuvieron una extraordinaria importancia en el progreso de la educación superior, en base a ello se planificaron  los diferentes planes de desarrollo, necesarios para el país.    
El movimiento de la Reforma Universitaria, su expresión más visible es la Autonomía, se las ha confundido, al extremo que se las toma como sinónimas.
La Reforma Universitaria ha sido y es un fenómeno político, social y académico, es un amplio movimiento continental ligado a las grandes movilizaciones de masas.   
En Bolivia, la Autonomía Universitaria constituye un elemento importante para el desarrollo de la vida democrática del país; sin ese logro histórico, la investigación  científica, hubiera sido un simple instrumento del poder político, la libertad intelectual estaría limitada (o suprimida), y las tareas principales de la universidad (fortalecer la conciencia popular y construir una visión de unidad nacional), se lograron gracias a  la lucha persistente de profesores y estudiantes, quienes asumieron su responsabilidad para auto dirigirse.
En nuestro país han existido varios intentos  de movimientos autonómicos previos a 1928, que deben ser tomados en cuenta. En 1864, Manuel María de Aguirre elaboró el primer proyecto de autonomía. 
En 1909 se convocó  al Segundo Congreso Universitario en la ciudad de Potosí, el cual proclamó la libertad de enseñanza y estableció la necesidad de fundar universidades libres con autonomía completa, en relación al gobierno y al mismo tiempo con total autonomía económica. En 1924, los estudiantes de la Universidad de San Francisco Xavier, lanzaron un manifiesto al pueblo boliviano, en ocasión de conmemorar  el  tricentenario de su fundación.
Allí plantearon los elementos básicos de la crisis universitaria y propusieron como única solución, el pleno ejercicio de la autonomía.
 INTERVENCIONES A LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA
 Durante los 73 años de existencia de la Autonomía Universitaria  en la Universidad de Chuquisaca  se  han originado contradicciones e incompatibilidades, entre las fuerzas reformistas y los organismos conservadores del Estado, lo cual,  ha originado las intervenciones  gubernamentales de todo tipo.
Así, el 21 de mayo de 1955, la institución universitaria boliviana fue allanada por las fuerzas armadas, tomando sus edificios y dependencias; desde  luego  la respuesta de la Universidad de Chuquisaca fue una resistencia  unánime, tanto de  las autoridades universitarias, de los  docentes, administrativos, estudiantes y el apoyo incondicional de la ciudadanía chuquisaqueña, ante la afrenta del gobierno, con movilizaciones   permanentes durante tres meses. En fecha 17 de agosto de 1955, se restableció la Autonomía Universitaria, luego de varias negociaciones, se firmó un documento suscrito  por la Central Obrera Boliviana, el Comité de Huelga de la Universidad de La Paz, la Federación de Estudiantes, se devolvió al Consejo Universitario de San Francisco Xavier todas las dependencias  y se restableció la Autonomía Universitaria, en ese documento se establecen algunas reivindicaciones para la clase trabajadora: 
El art. 9º reconoce la creación de la Universidad Popular para permitir el ingreso de obreros y campesinos a la misma, su capacitación técnica profesional y orientación política sindical.
Unos días más tarde, el Consejo Universitario emitió una resolución (diciembre 24, 1955), donde declara: 

En el art. 1º la necesidad de la Reforma del  Estatuto Orgánico de la Universidad San Francisco Xavier.
(51) 
 En el art. 3º se declara la vacancia de las cátedras y se convoca a Concurso de Méritos, exámenes de competencia y oposición, para el nombramiento de los profesores.  
Pero los problemas no terminaron allí; como consecuencia del golpe militar de 1971,  la universidad nuevamente sufrió el cierre de sus puertas y se conculcó su autonomía. El régimen organizó  el  Consejo Nacional de Reforma Universitaria, bajo los argumentos de que la autonomía había fraccionado la misión universitaria, construyendo feudos que desarticularon la enseñanza y desviándola hacia distintos rumbos que obstruyeron una racional planificación de la enseñanza.
Bajo ese sistema la universidad reinició sus fueron prohibidas las actividades universitarias de las organizaciones estudiantiles: Federación Universitaria Local (FUL) y Centro de Estudiantes de Medicina (CEM), fue limitada la libertad de pensamiento y los estudiantes quedaron sometidos a los dictámenes exclusivos de las autoridades. 
Pero esas intervenciones militares no amilanaron  la lucha estudiantil y del pueblo boliviano, quienes de manera constante pensaron  y actuaron  con la idea de reconquistar sus reivindicaciones. Nuevamente se planteó la lucha por la autonomía. En 1978 cayó el gobierno militar y con él se abrió la posibilidad del retorno de la autonomía, pero infelizmente el ejercicio democrático duró poco. 
En el año 1980, otro golpe cruento interfirió las actividades universitarias, cerrando por el lapso de un año sus puertas, con los mismo argumentos del pasados. La Autonomía Universitaria fue intervenida por el lapso de dos años, estableciéndose en ella un régimen de terror, de ignominia, se nombró la  Comisión Nacional de Reordenamiento de la Universidad (CONRUB). Durante esos dos años el movimiento universitario mantuvo vivo en la conciencia de los estudiantes, el principio de la Autonomía Universitaria,  hasta  que  el 22 de mayo de 1982, luego de una vigorosa huelga de hambre, llevada a cabo en cinco templos católicos de  la ciudad, se reconquistó el gobierno autónomo universitario, el Cogobierno Paritario Docente- Estudiantil y una amnistía irrestricta que determinó el retorno del régimen democrático al país. (52)
En el país retornó la democracia y por esta razón las universidades fueron abiertas restituyendo  la autonomía, manteniendo unas autoridades interinas que lograron restablecer las actividades académicas e iniciar un periodo de transición.
 ___________47.Roca José Luis “1809” La revolución de la Audiencia de Charcas en Chuquisaca y en La Paz Editorial Plural 1998 
48 Carlos Tünnennann Bernheim Consejero Especial del Director General de la UNESCO Managua, Nicaragua 

49 HORIANSKI Jorge Enrique 
Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria de 1918 La Universidad- Institucional  www.unlpam.edu.ar 
50 “Autonomía Universitaria, una conquista fruto de la voluntad popular” Documentos, citado: Centro Bibliográfico Documental Histórico, Nº 20 Agosto 2005

51Loayza V. Joaquín Ibídem 
52 Ledesma M. Pedro: “Reseña histórica de la Facultad de Medicina” 
http://www.usfx.info/medicina/index.php?id=0&pm=no&pag=26&ex=yes




CAPITULO 8

LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA.- SUS ASPECTOS POSITIVOS

El sistema autonómico en la Universidad, constituye un reto importante para la comunidad universitaria, porque las personalidades que encabezaron el Movimientos de la Autonomía en Chuquisaca, comprendieron que ello constituía una obra monumental, al respecto en el año de 1935 Ramón Chumacero Vargas (53) expresó: “Si se exceptúa el gobierno propio, todos los problemas universitarios están en pie. La creación de tesoros que administren los bienes de la universidad, obviaría muchas de las dificultades actuales. Hay que propender que un 20% del presupuesto nacional sea invertido en educación. La Asamblea Universitaria que anualmente debe convocar el Consejo Supremo tiene la obligación de proyectar impuestos, subvenciones, etc.…” “Cuando se disponga de bastantes fondos, será  posible la construcción de edificios adecuados, instalación de gabinetes, laboratorios y bibliotecas”
Todas estas observaciones de  Chumacero Vargas, fueron planteadas  con el objetivo de resolver el problema económico de la Universidad, si bien nunca se estableció la Autonomía Económica de la Universidad, los recursos financieros captados  de las contribuciones impositivas y las subvenciones del Estado a la Universidad, han permitido dotar  de una infraestructura adecuada a las necesidades de su funcionamiento, favorecida en mayo de 1983, con la creación del Proyecto “Sucre, Ciudad Universitaria”, cuyos recursos provenientes  de las regalías que percibe el Departamento de Chuquisaca por concepto de la explotación petrolera, son invertidos en la construcción de edificios, dotación de laboratorios, bibliotecas, constituye un importante apoyo a las actividades académicas, científicas y de extensión universitaria.
La Autonomía Universitaria, ha permitido organizar una serie de entidades, que favorecen  el desarrollo de la ciencia y la tecnología. El ejercicio de la autonomía universitaria ha sido ampliamente favorable para la universidad y para el país. Ello ha posibilitado liberarla de la tutela del Poder Ejecutivo, elegir sus propias autoridades, dotarla de normas, contar con su propia economía y libre administración, designar los docentes por concurso de méritos, exámenes de competencia y oposición; de igual manera la libertad de cátedra y el co-gobierno, son procesos indispensables y compatibles en todos los aspectos.   

DIVERSIFICACIÓN DEL   CONOCIMIENTO.-
El Ing. Walter I. Arízaga Cervantes, en el desempeño de sus funciones como Rector, durante  dos períodos (2002-2006 y 2010-2014) ha implementado la infraestructura y equipamiento  necesario, para lograr la excelencia académica. A través del proceso de descentralización de las facultades, ha programado  la integración de las provincias con la capital por intermedio de la educación superior, la creación de nuevas carreras, la dotación de nuevos equipos  para todas las aéreas del saber y desde luego la determinación de implantar la investigación científica como un valioso aporte  para resolver los problemas del país. (54)
En esas dos  gestiones, el Ing. Arízaga ha planificado proyectos destinados  a concretar en Sucre la creación de un Centro Médico de referencia Nacional e Internacional, en ese sentido se ha iniciado la construcción del primer centro universitario de trasplante de órganos en el futuro Hospital Biomédico,  con el  propósito de complementar lo anterior, se ha dispuesto  enviar  a profesionales médicos  a realizar cursos de especialización en el exterior.

FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALESFue la primera facultad en crearse, por lo que es la más emblemática de la universidad. Se fundó el año 1681, por decisión del Arzobispo Cristóbal de Castilla y Zamora, quien instauró las cátedras de Cánones y Leyes, a la que más tarde se añadió la Academia Carolina de Práctica Jurídica. Las carreras con las que actualmente cuenta son: Derecho, Ciencias de la Comunicación, Sociología e Historia. Últimamente se ha inaugurado un moderno  edificio ubicado  en el Barrio Petrolero

FACULTAD DE MEDICINA. 
Es la segunda facultad más antigua. Fue creada mediante Cédula Real de Carlos IV, el 10 de abril de 1798, como Cátedra de Medicina.Esta Cédula en lo que respecta a la creación de las cátedras de Medicina y Cirugía no llegó a cumplirse. El 27 de abril de 1813, el Diputado a las Cortes por la Provincia de Charcas Don Mariano Rodríguez Olmedo, pidió en el congreso de Cádiz, instituir la Cátedra de Medicina, lamentablemente el memorial pasó a la Comisión Ordinaria de Hacienda donde quedó archivado.  
El Mariscal Sucre, preocupado por la enseñanza en general y de Medicinaen particular, promulgó la Ley de 9 de enero de 1827, estableciendo un plan de enseñanza. Posteriormente,  se incluyeron las Escuelas de Odontología, Farmacia y de Matronas, independizadas por su crecimiento.

FACULTAD DE ODONTOLOGÍA. Creada  en 1923 como dependencia de la Facultad de Medicina; luego, el 26 de marzo de 1936, adquiere la calidad de Escuela Dental, dependiente de la Facultad de Medicina, de la cual se separa años más tarde, recibiendo a su vez el rango de Facultad

FACULTAD DE CIENCIAS QUÍMICO FARMACÉUTICAS Y BIOQUÍMICAS. Nació como Escuela de Farmacia el 10 de noviembre de 1890 mediante Decreto Supremo del entonces Presidente de la República, Aniceto Arce. El 24 de julio de 1992 adquirió  el título de Facultad. Actualmente cuenta con las carreras de Bioquímica y Química Farmacéutica.

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS, ADMINISTRATIVAS Y COMERCIALES. Comparte su origen con la Facultad de Contaduría Pública. Nació como Escuela Superior de Comercio en 1941. Posteriormente, en 1944, fue elevada al rango de Facultad de Ciencias Económicas y Financieras, posteriormente l se divide y en 1998 se constituye como Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas; finalmente y en razón a la actualización  curricular, cambia a Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Comerciales. Sus aulas forman profesionales en Economía, Administración  de Empresas, Ingeniería Comercial y Gestión Pública, esta última tiene su sede en  Villa Serrano, a nivel Técnico Superior.

FACULTAD DE CONTADURÍA PÚBLICA Y CIENCIAS FINANCIERASInició sus actividades en 1941, como Escuela de Comercio. En 1944 fue elevada al rango de Facultad de Ciencias Económicas, Financieras y Administrativas. Finalmente, en 1997 se divide en dos, originándose las Facultades de Contaduría Pública y de Economía. La Facultad de Contaduría Pública ofrece ahora las siguientes Carreras: Contaduría Pública y Administración Financiera. 

FACULTAD DE TECNOLOGÍASe creó  con el nombre de Escuela de Ingeniería Química el 27 de febrero de 1962, por Resolución del Consejo universitario. En 1972 pasó  a denominarse Facultad de Ciencias Puras y Naturales, y en 1978 adquiere el carácter de Facultad de Tecnología, brindando la oferta académica más amplia de la Universidad.
Las carreras con las que actualmente cuenta son Ingeniería Química, Industrial, de Alimentos, Ambiental, del Petróleo y Gas Natural, Mecánica, Eléctrica y Electromecánica, de Sistemas, en Telecomunicaciones, Civil,  Informática, Química Industrial e Industrias de la Alimentación   La unidad de Arquitectura adquirió el carácter de carrera independiente, pero bajo la tuición de la Facultad, hasta que concrete su total independencia; ahora tiene una nueva carrera de Diseño de Interiores a nivel Licenciatura.

FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS. Se fundó  un 16 de septiembre de 1942 como Escuela Práctica de Agricultura y Ganadería, en 1946 fue transferida a la Universidad., el año 1983 y por resolución del Consejo Universitario, otorgo el rango de Facultad. Las carreras que oferta actualmente son: Ingeniería Agronómica, Recursos Naturales, Desarrollo Rural, Agronomía T.S., Ing. Agroforestal, Administración Agropecuaria, Agroforestería T.S., Zootécnica, Veterinaria y Agroindustria.
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓNNació  como Academia de Lenguas el año 1941; un año más tarde adquirió  el carácter de Escuela de Idiomas y medio siglo después, a partir de esta unidad académica, se creó  la Facultad de Humanidades, en fecha 13 de agosto de 1992; recibió  el denominativo de Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Hoy ofrece cuatro carreras a nivel licenciatura: Idiomas, Turismo, Pedagogía y Psicología.
FACULTAD TÉCNICASu fundación tuvo lugar el 4 de junio de 1941. Luego, en 1974, toma el nombre de Politécnico Universitario y un 9 de septiembre de 1992, adquirió  el rango de Facultad Técnica. Carreras con las que cuenta actualmente: Mecánica Automotriz, Mecánica Industrial, Electricidad, Electrónica, Topografía y Construcción Civil, todas a nivel técnico superior.
FACULTAD DE TECNOLOGÍA MÉDICA. En 1983 se crearon las carreras de Tecnología Médica: Fisioterapia y Kinesiología, Radiología e Imagenología y Laboratorio Clínico, se añadió  en la gestión 2000, la Carrera de Nutrición y Dietética, funcionando todas ellas sin dependencia facultativa, sino como carreras independientes.
FACULTAD DE ENFERMERÍANació  bajo la tutela de la Facultad de Medicina el año 1913, con el nombre de Escuela de Matronas. En 1973, se independizo y  se convierte en Carrera de Enfermería. Actualmente  ha amplió sus aulas en la localidad de Muyupampa, lugar donde forman licenciadas en Enfermería Obstetricia.
Además de las Facultades y Carreras anteriormente mencionadas que brindan un importante servicio en la formación de profesionales, también realizan un importante trabajo de atención a la población sucrense. Existe  un conjunto de entidades que constituyen  un valioso instrumento para coadyuvar las actividades universitarias, ellas son: El Instituto de Anatomía Patológica, el Museo Colonial, el Instituto de Sociología Boliviana, el Museo Antropológico, el Instituto de Cancerología, el Instituto de Investigaciones  Económicas, el Centro de Medicina Nuclear, el Centro  Bibliográfico Documental e Histórico, el Centro Multiprofesional de Docencia, Investigación y Apoyo a los Servicios de Salud, el Instituto Experimental de Biología, el Museo de Historia Natural, el Museo de Anatomía Humana, el Centro de Investigación y Diagnóstico de la Enfermedad de Chagas, el Museo “Gutiérrez Valenzuela”; un sistema de bibliotecas especializadas, dirigidas por la Biblioteca Central de la Universidad. La Televisión Universitaria que por vía satelital llega a todas las provincias del Departamento de Chuquisaca.

 LA UNIVERSIDAD MAYOR, REAL Y PONTIFICIA DE SAN FRANCISCO XAVIER DE CHUQUISACA EN EL SIGLO XXI.
 Sin dejar de lado sus tradiciones, ni el legado atesorado a lo largo de 390 años, hoy la Universidad se proyecta al futuro para continuar  siendo un paradigma de excelencia en el siglo XXI. Este artículo es un homenaje que se tributa a la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca en su 390 años de existencia. Alma mater, ícono de la ilustre y heroica ciudad de Sucre, Capital Constitucional e histórica de Bolivia.
La Universidad, constituye una institución precursora de la educación superior, promueve el rescate de los  valores y  de cultura atávicos. Constituye el símbolo humano y social de la educación universitaria boliviana, forjadora de valores, principios y sabiduría.
 ____________
53 Chumacero V.R. “Páginas Universitarias, Imprenta Universitaria pág.  11; Sucre 1969
54 Documentos Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca, publicación Sucre 2007


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